29 de junio de 2023

Locura, Mario Torres

Locura
 
Voracidad gozosa
De palabras hiriendo como tajos
Los resquicios del loco
 
Lo buscan, lo rodean
Lo abrazan y lo besan
Lo engañan y abandonan
A la intemperie
Y todo el tiempo llueve.


Mario Torres

28 de junio de 2023

¿Dónde?, Mario Torres

¿Dónde?
 
Dónde estás, tristeza
quiere susurrarme el viento
anclajes de esa música
silencio, silencio.
 
Silencio enamorado en que el tiempo
gris en doradas espigas se ha quebrado.
 
Mario Torres
 

27 de junio de 2023

Mario Torres leyendo sus poemas Después de Dios, Casi como un rezo y Tiempo

 Mario Torres leyendo sus poemas Después de Dios, Casi como un rezo y Tiempo
Video del 3º ENCUENTRO DE "POETAS EN EL ARA"
"A qué mar irá a parar el agua de las palabras..." (Carlos Tapia)
17 DE MARZO DE 2013 
OJO DE AGUA (NONO) TRASLASIERRA, CÓRDOBA.
Organizó Grupo "Amigos del Ara de la Poesía"

26 de junio de 2023

5 Haikus, Matsuo Basho


 
Hoy el rocío
borrará la divisa
de mi sombrero.
 
-----------------------
 
Sobre la rama seca
un cuervo se ha posado;
tarde de otoño.

 
------------------------    
 
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo. 

 
---------------------------  
 
En verano,
las montañas y el jardín
se van adentrando
hasta mi habitación. 

 
------------------------------ 

 
A la intemperie,
se va infiltrando el viento
hasta mi alma.

 
Matsuo Basho

25 de junio de 2023

4 Haikus de Matsuo Basho

Los monjes beben
el té del amanecer.
Flor de silencio.
 
---------------------
 
Mira ese pino
parece estar creciendo
sobre la niebla.

 
----------------------
 
El cuco canta
siempre lejos del mundo
de los poetas.

 
----------------------------------
 
Vayamos juntos
a contemplar la nieve
hasta agotarnos.

 
Matsuo Basho
 
 
 

24 de junio de 2023

Invierno, Basho

Hielo nocturno 
me despierto  
mi cántaro estalla

--------------------------- 
 
Tan enjuto
como el salmón seco      
 el bonzo en el frío

---------------------------- 
 
Sol de invierno
sobre un caballo   
mi silueta helada

--------------------------- 
 
Desolación invernal 
en un mundo uniforme
el ruido del viento

---------------------------- 
 
¿La nieve que cae 
es otra 
este año?

 
Matsuo Basho
 

INVIERNO (Matsuo Bashö, Haiku de las Cuatro Estaciones, Colección Libros de los Malos Tiempos, Vol. IX, Madrid, 1983)

23 de junio de 2023

Invierno, Basho


 La tempestad de invierno
Se escondió entre los bambúes,
Y amainó en silencio.

 
* * *
 
La desolación del invierno:
En un mundo de un color
El sonido del viento.
 
* * *

 
Enfermo en un viaje;
Mis sueños vagan
Sobre un páramo seco.

 
* * *
 
Viajando por el mundo,
De aquí a allá, de aquí a allá,
Allanando el pequeño campo.

 
* * *
 
El dios está ausente;
Sus hojas muertas están amontonadas,
Y todo está desierto.



Basho

 

22 de junio de 2023

Invierno, Matsuo Bashô

 

Retiro invernal;
En la pantalla dorada,
El pino envejece.
 
* * *
 
Después de los crisantemos,
A excepción del largo nabo,
No hay nada.

 
* * *
 
Parece que tenga cien años,
El jardín de este templo,
Con sus hojas caídas.

 
* * *
 
Mi casa natal;
Llorando sobre el cordón umbilical,
El fin de año.

 
Matsuo Basho


21 de junio de 2023

Invierno, Basho

INVIERNO
 
¡Qué cortesía!
Hasta la nieve es fragante
En Minamidani.
 
* * *
 
Una helada noche de lágrimas
El sonido del remo
Golpeando la ola.

 
* * *
 
El año toca a su fin:
Aún llevo
Mi casa y mis sandalias de paja.

 
* * *
 
La primera lluvia del invierno,
y mi nombre debería ser,
"Viajero."

 
* * *
 
La primera nevada :
Las hojas de los narcisos
Se doblan.

 
 

20 de junio de 2023

Invierno, Basho


 

Basho es el poeta japones mas famoso del periodo EDO, había nacido en Osaka en 1644. Empezó a dar lecciones en el arte del haiku a la edad de treinta años.
Entre sus discípulos el mas avezado era Kikaku. Una anécdota de este tiempo contada por Fernando Rodríguez Izquierdo en su excelente obra "El Haiku japonés".
"Cierto día, Basho y Kikaku iban paseando por el campo y se quedaron mirando las libélulas que revoloteaban por el aire. En ese momento, el discípulo compuso este haiku:

 
"¡Libélulas rojas! Quítales las alas y serán vainas de pimienta."
 
El Maestro respondió: "No. De ese modo has matado a las libélulas. Di más bien:
 
¡Vainas de pimienta! Añádeles alas y serán libélulas."



INVIERNO, Basho (Japón; Ueno, 1644- Osaka, 1694)(Haikus de Invierno de El libro del Haiku, Trad. de Alberto Silva)
 
Vuelvo a mi pueblo
para fin de año
(lazos de sangre rotos,
nostalgia, llanto)

---------------------------
 

A caballo,
mi sombra vagabunda
se congela 

----------------------------

El sonido del remo
en el agua
en la noche
en las tripas heladas
 

---------------------


La racha de invierno:
se esconde entre cañas
de bambú pero luego
se calma

19 de junio de 2023

Cuando recibís el nombramiento, Ernesto Cardenal


 
Cuando recibís el nombramiento
 
Cuando recibís el nombramiento,
el premio, el ascenso,
pensá en los que murieron
cuando estás en la recepción,
en la delegación, en la comisión,
pensá en los que murieron
cuando te aplauden al subir la tribuna
con los dirigentes pensá en los que murieron
cuando te toca a vos el micrófono,
te enfoca la televisión,
pensá en los que murieron
cuando sos el que da los certificados,
las cédulas, el permiso,
pensá en los que murieron
pensá en los que murieron,
miralos sin camisa, arrastrados,
echando sangre, con capucha, reventados,
refundidos en las pilas, con la picana,
el ojo sacado,
degollados, acribillados,
botados al borde de la carretera,
en hoyos que ellos cavaron en fosas comunes,
o simplemente sobre la tierra,
abonos de plantas del monte
Vos los representás a ellos,
ellos delegaron en vos,
los que murieron.
 
Ernesto Cardenal

18 de junio de 2023

Salmo 5, Ernesto Cardenal

SALMO 5
 
Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gangster
 
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa
 
Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra
 
Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra
 
Sus radios mentirosos rugen toda la noche
 
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes
 
Hablan con la boca de las ametralladoras
Sus lenguas relucientes
son las bayonetas...
 
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorandums
impide sus programas
 
A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio en el día de la Bomba
 
Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
Lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados
 
Ernesto Cardenal
De Salmos [1964]

 

17 de junio de 2023

Managua 6:30 PM, Ernesto Cardenal

Managua 6:30 PM
 
 
En la tarde son dulces los neones
y las luces de mercurio, pálidas y bellas…
Y la estrella roja de una torre de radio
en el cielo crepuscular de Managua
es tan bonita como Venus
y un anuncio ESSO es como la luna
 
las lucecitas rojas de los automóviles son místicas
 
(El alma es como una muchacha besuqueada detrás de un auto)
             TACA BUNGE KLM SINGER
             MENNEN HTM GOMEZ NORGE
             RPM SAF ÓPTICA SELECTA
 
proclaman la gloria de Dios!
 
(Bésame bajo los anuncios luminosos oh Dios)
            Kodak TROPICAL RADIO F&C REYES
en muchos colores
deletrean tu Nombre.
                       “Transmiten
la noticia…”
Otro significado
no lo conozco
Las crueldades de esas luces no las defiendo
Y si he de dar un testimonio sobre mi época
es éste: Fue bárbara y primitiva
pero poética.
 
 
Ernesto Cardenal
De Oración por Marilyn Monroe y otros poemas [1965]

 

15 de junio de 2023

Amanecer, Ernesto Cardenal

Amanecer
 
Ya están cantando los gallos.
Ya ha cantado tu gallo comadre Natalia
ya ha cantado el tuyo compadre Justo.
Levántense de sus tapescos, de tus petates.
Me parece que oigo los congos despiertos en la otra costa.
Podemos ya soplar un tizón - Botar la bacinilla.
Traigan un candil para vernos las caras.
Latió un perro en un rancho
y respondió el de otro rancho.
Será hora de encender el fogón comadre Juana.
La oscurana es más oscura pero porque viene el día.
Levántate Chico, levántate Pancho.
Hay un potro que montar,
hay que canaleatar un bote.
Los sueños nos tenían separados, en tijeras
tapescos y petates (cada uno en su sueño)
pero el despertar nos reúne.
La noche ya se aleja seguida de sus seguas y cadejos.
Vamos a ver el agua muy azul: ahorita no la vemos. - Y
esta tierra con sus frutales, que tampoco vemos.
Levántate Pancho Nigaragua, cogé el machete
hay mucha yerba mala que cortar
cogé el machete y la guitarra.
Hubo una lechuza a medianoche y un tecolote a la una.
Luna no tuvo la noche ni lucero ninguno.
Bramaban tigres en esta isla y contestaban los de la costa.
Ya se ha ido el pocoyo que dice: Jodido, Jodido.
Después el zanate clarinero cantará en la palmera,
cantará: Compañero
Compañera.
Delante de la luz va la sombra volando como un vampiro.
Levántate vos, y vos, y vos.
(Ya están cantando los gallos.)
¡Buenos días les dé Dios!
 
Ernesto Cardenal
 

13 de junio de 2023

Imitación de Propercio, Ernesto Cardenal


 
Imitación de Propercio
 
Yo no canto la defensa de Stalingrado
ni la campaña de Egipto
ni el desembarco de Sicilia
ni la cruzada del Rhin del general Eisenhower:
 
Yo sólo canto la conquista de una muchacha.
 
Ni con las joyas de la Joyería Morlock
ni con perfumes de Dreyfus
ni con orquídeas dentro de su caja de mica
ni con cadillac
sino solamente con mis poemas la conquisté.
 
Y ella me prefiere, aunque soy pobre, a todos los millones de Somoza.
 
Ernesto Cardenal
De Epigramas [1961]

12 de junio de 2023

Elegía breve, Antonio Esteban Agüero




 
Elegía breve
 
Lloro unas cosas viejas, unas pobres cosas:
una tapia derruida y un tunal,
la lenta agonía de unas pencas
y la oscura muerte d un tapial.
 
Los días desgranan los adobes
y las sabias agostan del tunal,
ya no habrá lagartos en la tapia,
ni espinosas tunas que gustar.
 
Pero aunque los destruyan los días y os agosten,
y ya nadie os quiera recordar,
transitoria existencia —pobre, triste—
tendréis en la luz de mi cantar.
 
Antonio Esteban Agüero
De Poemas lugareños (1937)

11 de junio de 2023

Romance del niño del agua, Antonio Esteban Agüero

Romance del niño del agua
 
El niño llegó del agua
asombrado y conmovido,
diciendo a la madre: -Madre,
en el agua hay otro niño
un niño que me hace señas
con la mano, Madre, un niño,
que habla sin que yo le hable
y mira si yo le miro.
Qué país tan bello, madre
el país del otro niño,
las ranas juegan con él,
y los grises pececillos
le velan el sueño cuando
él reposa sobre el limo.
Qué país tan bello, madre
el país del otro niño,
tiene nubes, tiene estrellas,
nogales y juncos finos,
pero todo transparente,
todo puro y cristalino.
La madre le escuchaba atenta
y le dice con cariño:
—No quiero que vayas más
al remanso, niño mío,
el agua también engaña,
así como engaña el vidrio
que copia distantes nubes
y vilanos fugitivos.
Y el niño responde: —Madre,
en el agua hay otro niño;
con estos azules ojos
que tú besas, Madre, he visto,
la frente de lisa luna,
los ojos color jacinto.
 
La Madre se calla y luego
lo besa con un suspiro
las sienes por donde sube
la marea del delirio.
 
Al pie de la peña verde
que se inclinaba sobre el río
hallaron después la blusa
aún mojada de rocío…
 
 
Antonio Esteban Agüero
De Romancero de niños (1946)

 

10 de junio de 2023

Antonio Esteban Agüero recitando Digo La Mazamorra Del disco Antonio Esteban Agüero en su propia voz

Antonio Esteban Agüero recitando Digo La Mazamorra
Del disco Antonio Esteban Agüero en su propia voz

 
Digo la Mazamorra
 
La Mazamorra ¿sabes?, es el pan de los pobres,
la leche de las madres con los senos vacíos,
-yo le beso las manos al Inca Viracocha
porque inventó el maíz y enseño su cultivo-.
 
Sobre una artesa viene para unir la familia,
saludada por viejos, festejada por niños,
allá donde las cabras remontan el silencio
y el hambre es una nube con las alas de trigo.
 
Todo es hermoso en ella: la mazamorra madura,
que desgranan en noches de viento campesino,
el mortero y la moza con trenzas sobre el hombro
que entre los granos mezcla rubores y suspiros.
 
Si la quieres prefieres perfecta busca un cuenco de barro,
y espésala con leves ademanes prolijos
del mecedor cortado de ramas de la higuera
que en el patio da sombra, benteveos, e higos.
 
Y agregale una pizca de ceniza de jume,
la planta que resume los desiertos salinos,
y deja que la llama le transmita su fuerza
hasta que asuma un tinte levemente ambarino.
 
Cuando la comes sientes que el Pueblo te acompaña
a lo largo de valles, por recodos de ríos,
entre las grandes rocas, debajo de cardones
que arañan con espinas el cristal del estro.
 
El Pueblo te acompaña cada vez que la comes,
llega a tu lado,¿sabes?,se te pone al oído
y te murmura voces que suben a tu sangre
para romper la niebla del mortal egoísmo.
 
Porque eres uno y todos, comiendo el alimento
de todos, en la fiesta del almuerzo tranquilo;
la Mazamorra dulce que es el pan de los pobres,
y leche de las madres con los senos vacíos.
 
Cuando la comes sientes que la tierra es tu madre,
mas que la anciana triste que espera en el camino
tu regreso del campo, la madre de tu madre,
- su cara es una piedra trabajada por siglos -.
 
Las ciudades ignoran su gusto americano,
y muchos ya no saben su sabor argentino,
pero ella será siempre lo que fue para el Inca:
nodriza de los pueblos en el páramo andino.
 
La noche en que fusilen canciones y poetas
por haber traicionado, por haber corrompido
la música y el polen, los pájaros y el fuego,
quizás a mí me salven estos versos que digo ...
 
 
Antonio Esteban Agüero
 
De Los “Digo” del Poeta. Un hombre dice su pequeño país (1972, Edición Post Mortem)

 

9 de junio de 2023

Canción para decir amor, Antonio Esteban Agüero


 
Canción para decir amor
 
   La ciudad está llena de avenidas
   que se llaman "te amo".
 
   La montaña está llena de paisajes
   que se llaman: "te amo".
 
   Suave arena del río que parece
   un leve sueño blando,
   está lleno de sol y pedrezuelas
   y se llama: "te amo".
 
   Florecitas anónimas que brotan
   a la par de tus pasos,
   y huelen igual que tu cintura
   y se llaman "te amo",
 
  Y esa nube en el viento del oeste
   y aquel árbol,
   y esta noche,
   y los pájaros,
   y la luz en ventanas del otoño
   se llaman: "te amo".
 
   La bandera del cielo al medio día
   se llama "te amo".
 
   La música triste que nos hiere
   de pronto como un dardo,
   y nos llueve brevemente los ojos
   se llama "te amo".
 
   Los nidos,
   los pensamientos claros,
   la fruta de cáscara brillante
   se llaman: "te amo".
 
   Las palabras dan sombra,
   largas sombras de álamos,
   y a su sombra me duermo como un niño:
   "te amo"…
 
              
Antonio Esteban Agüero
De Canciones para la voz humana

8 de junio de 2023

Digo la flora, Antonio Esteban Agüero


 
Digo la flora
 
Quiero este digo como piedra dura
clara piedra de luna conmovida
vencedora del musgo y de la lluvia,
triunfadora del tiempo y de la ortiga
para decir los nombres de la flora
que navegan mi frente pensativa,
viejos nombres del árbol y la hierba
y también de las rientes florecillas,
nombres sabrosos, sugerentes nombres,
que a veces son como la cosa misma,
recorridos por músicas secretas,
perfumados de savia y de resina,
castellanos a veces y otras veces
con abolengos araucano o quichua.
 
El Tala nombro, cuya sombra tiene
transparencia de lumbre submarina,
con el ramaje complicado y vasto,
como creado por loca fantasía,
recubierto de pálida verdura,
que los ojos encanta y clarifica,
y el Chañar y su espíritu gregario,
pues no sabe crecer sin compañía,
bello de flores cuando acaba octubre,
rico de frutos cuando enero inicia,
y el Piquillín, agudo como un grito,
tunicado de innúmeras espinas
que defienden las gemas de su fruta
de toda humana o animal codicia,
piquillín del infante y de la abeja,
piquillín del pájaro y la víbora,
bajo el sol y la sombra de tu nombre
vuelvo a leer mi infancia campesina,
y el Palán-Palán, en cuyo acento
se oye sonar una remota esquila,
y el Espinillo con flores que parecen
oro de bucles, redonda pelusilla,
surtidor de fragancia que nos llena
el alma toda de una azul caricia,
y el Ucle de largos candelabros
que parecen arder a mediodía,
y el Tintitaco, el de leña fuerte,
y también la utilísima Jarilla,
que produce la escoba para el patio
y carbones de lumbre sostenida,
y es color en la lana de la colcha,
y salud en la criolla medicina,
y el Caldén, solitario en su grandeza
como los héroes de la saga antigua,
y el Molle, que nace donde el bosque
comienza a trepar por las colinas,
viejo amigo de cabras y regatos,
árbol señor en cuya fronda habitan
la frescura más riente de la sombra
y el sonido más puro de la brisa.
Y el Quebracho rugoso y poderoso,
fuerte columna de las selvas indias;
y el Coco que guarda en su corteza
beta de jaspe o de alabastro,
rica para mano de artífice paciente
o para torno y gubia de ebanista,
y el Peje, el flechero silencioso
en quien lo verde se trocó en espina,
erizado dragón, guerrero rudo,
siempre dispuesto a la valiente lidia,
y el Llantón que llora si la lluvia
en alas del viento se aproxima,
y el Retamo de nudos sarmentosos,
cuya madera cuando está pulida
se parece a los ónices brillantes
oor sus betas verdosas y amarillas,
y el Algarrobo, siempre el Algarrobo,
con su joven verdor que purifica,
hijo del sol y padre de la sombra,
prócer y solo en la quietud del día.
 
Y ahora digo las hierbas numerosas
que conoce mi mano sensitiva,
verdes labios del bosque en primavera
que recogen la luz y la energía,
que navegan la luz para trocarla
en corazón y fuente de la vida.
pachamama las nutre de su seno,
cuando la savia su retorno inicia,
y ellas cubren el valle y la pradera,
en invasión que avanza cada día,
como asalto de viento o de marea,
sobre el terruño pardo de provincia.
olas alegres, renacer fragante,
verde mar prisionero en la semilla,
que despierta de pronto sobre el mundo,
para acunarlo en pechos de nodriza.
 
De repente los nombres de las flores
llegan a mí por sendas de la brisa,
a posarse en la rama de mi pecho,
donde se suele aposentar la dicha,
el Vinagrillo de color del oro
cuya corola es una copa fina,
y donde beben rocío los rundunes,
y dulzuras de polen las avispas,
y la Flor del Aire, suma de belleza,
nieve fragante, estrella florecida
reclinada en los troncos suavemente
como en un pecho varonil la niña
con su tenue fragancia que parece
venir de allá, donde la noche gira.
y los ángeles cantan a los muertos,
la celeste canción que resucita,
y la Verbena de color morado
y también la silvestre Margarita,
la luna con sol que sueña blandamente
bajo el beso y la nana de la brisa
y esa gota de sangre sobre el aire
que se llama Flor de Maravilla,
con que a veces inventan las muchachas
arrebol para labios y mejillas,
y el Suspiro, perfecta como el cielo
y traslúcida y leve y sensitiva,
flor de ver con los ojos entornados
y alabar con el alma de rodillas,
y el Topasaire como un sol pequeño,
y un Tulipán sin nombre todavía
cáliz azul, campánula luciente,
que cierta vez, al declinar el día
me detuvo en el bosque largo rato
como el destello de una perla viva,
y la Pasión, que en pétalo y estambre
más y mejor que la vitela escrita
nos refiere la historia del calvario
la sola flor que celebró la misa,
y el Loconte, la flor estrafalaria
a las barbas del duende parecida,
y el Hachón, esa virgen luminosa,
fieramente celada por espinas,
y también la modesta Salvilora
que descubre una trémula amatista,
y la copa solar del Kiskaluro,
y la Saeta con su luz marina,
que parece una lágrima temblando
sobre la fresca hierba amanecida,
y la bella Lagaña de los perros
a quien rindo galante pleitesía,
y el Ilolay, la flor de la leyenda
que nos devuelve la visión perdida.
 
¡Ellas guarden mi nombre del olvido
Bajo el sol y la luna de provincia!
 
Antonio Esteban Agüero
De Los “Digo” del Poeta. Un hombre dice su pequeño país (1972, Edición Post Mortem)

7 de junio de 2023

Soneto II Las calaveras, Antonio Esteban Agüero


Soneto II
Las calaveras

 
 
Descubrí calaveras, calaveras
calaveras de tordo y golondrina
no mayores que frutos de moreras
calaveras de formas femeninas.
 
Como flores de raras primaveras,
como fresas de carne blanquecina,
como mínimas lunas verdaderas
sobre la falda de la hierba fina.
 
Allí estaba la sabia calavera
del lechuzo sutil, la guardadora
de los mensajes de la brujería.
 
Y allí estaba la grácil calavera
—por tan menuda casi aterradora—
del picaflor en gesto de agonía
 
Antonio Esteban Agüero
De Cementerio y otros poemas (1940 - 1947)


 

6 de junio de 2023

Gratitud agrícola, Antonio Esteban Agüero

Gratitud agrícola
 
Gracias, claro cielo, por tu bello regalo:
la lluvia que ayer noche
cayó sobre los prados.
La gratitud mía es la misma de los huertos,
De los campos agrestes o labrados.
 
Gracias, claro cielo…
Podré continuar, riente y confiado,
Mi agrícola trabajo comenzado:
el de atar y sembrar
la menguada extensión de mi cerdado.
 
Ya me parece ver la blanda tierra
florecer su negrura tras mi arado,
ya paréceme sentir
doble suela de tierra en mi calzado,
y mirar en las melgas tordos negros,
devorando lombrices y gusanos,
y paréceme estar viendo
un casal de urracas, reposando,
en el pacífico lomo del caballo.
 
Antonio Esteban Agüero
De poemas lugareños (1937)

 

5 de junio de 2023

Pulso, Miguel Angel Bustos

 

Pulso
 
Caído  al borde, Estoy cansado no agotado.
Pulso –pulso –pulso.
Me oigo venir apoyando mi oído en mis venas.
 
Miguel Angel Bustos
 



 

4 de junio de 2023

Una Marioneta, Miguel Angel Bustos

Una Marioneta
 
Palma de Mano tomó agua y se le pudieron frescos los ojos. Abrió la boca y rió. Bajo la mano y la hundió en la arena caliente. Sacudió su carne al quedar parado y una leve cantidad de arena abrazada a su piel, cayó lenta ondulada en el viento. Con dos dedos alisó su frente y mirando sus pies descalzos, a ratos el cielo azul y duro, caminó erguido frente al mar revuelto.
 
Miguel Angel Bustos


 

3 de junio de 2023

Multitud, Miguel Angel Bustos

Multitud
 
Sé que alguna edad se mezclará con la nuestra. Por un instante la multitud se queda parada. Mira alrededor y hacia el cielo, luego cae de rodillas al suelo, inundada de desesperación y horrorosa angustia. Se arrastra y sigue nuevamente sobre sus rodillas avanzando sobre las duras piedras.
Las paredes giran desnudando las casas que en ellas se confían, el asesino reconoce por fin a su puñal.
 
Miguel Angel Bustos

 

 

2 de junio de 2023

Los Patios del Tigre, Miguel Angel Bustos

Los Patios del Tigre, Miguel Angel Bustos
 
Fueron siempre los pájaros los que anduvieron en los patios de mi infancia.
A la claridad del canario se sumó el gritito entrecortado del calafate, el vuelo diminuto de los bengalíes. Algún mono hubo, pero fue efímero.
Agregaba mi abuelo a la magia reinante sus oros de Gran Maestro. Sus libros que, de a poco, fueron siendo mis pájaros.
Un tío viajó y en una gran jaula trajo un tigre. Lo aseguraron a una cadena y esperaron que lo viera.
Su garganta me llamó; aparecí.
Desde ese día los patios dejaron de ser tales. Fueron selvas de mármol y mosaicos gastados en donde el terror habitaba. Era feliz. Tocaba el misterio a diario y no desaparecía. Me acostumbré ávidamente a lo extraño.
Cuando alguien ordenó su encierro en el Zoológico, lloré.
Entonces comenzaron mis fugaces visitas; temblaba cerca de su jaula. Su rugido era música tristísima para mi. Le imploraba a su memoria de fiera el recuerdo.
El día en que me fui a despedir de él para siempre me olió, detuvo su andar en círculos. Una sombra humana le cruzó la mirada. Intenté tocarlo. El griterío prudente me clavó en el piso.
Pensé un adiós, suavemente me marché. Más tarde supe de su muerte. Su carne fantástica se juntó en el polvo a otras carnes.
He crecido. Guardo de mi infancia sus huesos en mi alma, los libros en mi sangre.
Pero cuando llegue el fin y me miren los ojos que aún no he visto, pienso que será el tigre incierto de la locura el que me lleve tanteando a la nada, aquel tigre de titubeo y delirio del suicidio que en su boca me ahogará clamando.
O tal vez mi viejo tigre, rayado por la piedad, quiera devorarme como a un niño.
 
Miguel Angel Bustos


 

1 de junio de 2023

Canción para el niño travieso, Miguel Angel Bustos

Canción para el niño travieso
 
Pelota.
Luna
que partes con el pie.
No la sigues?
 
Perrito.
Brinca
triciclo de lana blanca.
No te montas
 
Deditos.
Tibios
cohetes al cielo.
No te vas?
 
Mamá.
Cuevita
cálida con música.
No regresas?
 
Miguel Angel Bustos