Mi padre sueña de Rodolfo Godino por José Luis Colombini
(video)
Café Literario del Jueves 14 de Octubre de 2010, en La
Vieja Esquina, Avda San Martín y Edison, Villa Dolores, Capital de la Poesía,
Traslasierra, Córdoba, Argentina.
30 de abril de 2022
Mi padre sueña de Rodolfo Godino por José Luis Colombini (video)
La bienvenida, Rodolfo Godino
29 de abril de 2022
Visita antes de la tormenta, Rodolfo Godino
28 de abril de 2022
La nueva escena, Rodolfo Godino
La nueva escena
Otro cielo común de luz creciente
esperaban, otro amanecer,
cuando algo expulsó
la pompa que los calmaba,
algo inició el saqueo del orden
armado sobre voces y reflejos.
Y vieron el terror estirando sus patas,
al conjunto deslizándose
contra natura y aquella humillación:
en las calles cualquiera danzaba
la melodía que sus mayores
reservaron para un futuro armonioso.
Rodolfo Godino
De Centón, Colección Fénix. Dirigida por Pablo Anadón.
Ediciones del Copista (Córdoba,
Argentina 1997)
27 de abril de 2022
Casuarinas, falsas olas, Rodolfo Godino
Casuarinas, falsas olas
Hicimos estos árboles para cortar el viento.
Cuando llega, ellos copian los rasguidos
aspirados del mar.
Pero a veces, fieles,
acercan sonidos de ayer a las ventanas.
Rodolfo Godino
De Triptico, Ediciones del Copista (Córdoba, Argentina 2003)
Premio Provincial de Literatura para Autores Editos “Jorge Vocos Lescano”
26 de abril de 2022
La vía ciega, Rodolfo Godino
La vía ciega
La memoria sentimental
es un germinar inútil
-dice la razón-, a partir
de materia en reposo.
A esta falla
no es ajeno el final de la era,
seguramente crítico,
ni el delito imaginario.
Lo que sigue,
despertar al joven espectro,
es actividad propia del alma,
siempre perdida
sobre lechos irreales.
No hay beneficio en este curso.
Sólo las maniobras
de algo torpe que busca su alimento
en la tracción del pasado,
donde el insomne y el que duerme son uno.
Rodolfo Godino
25 de abril de 2022
La cosa, William Carlos Williams
La cosa
cada vez que suena
pienso que es para
mí pero no es
para mí ni para
nadie simplemente
suena y nosotros
amargamente la servimos
juntos, ellos y yo
William Carlos Williams
24 de abril de 2022
¿Por qué escribo hoy?, William Carlos Williams
¿POR QUÉ ESCRIBO HOY?
La belleza de
los terribles rostros
de nuestros don nadie
me mueve a hacerlo:
mujeres negras,
jornaleros andrajosos
– viejos y baqueteados–
de regreso al anochecer,
rostros como
viejo roble florentino.
También
vuestras caras
de cartón me mueven
–ciudadanos eminentes–
pero no
del mismo modo.
William Carlos Williams
23 de abril de 2022
Llegada, William Carlos Williams
LLEGADA
Y sin embargo uno llega de algún modo,
se encuentra desabrochando los botones
de su vestido
en una habitación desconocida--
siente al otoño
gotear sus hojas de seda y lino
entre los tobillos de ella.
El cuerpo sórdidamente venoso emerge
retorcido sobre sí
¡como un viento invernal..!
William Carlos Williams
22 de abril de 2022
El poema, William Carlos Williams
EL POEMA
Todo está en
el sonido. Una canción.
Muy rara vez una canción. Debiera
de ser una canción – compuesta de
detalles, una avispa,
una genciana – cosas
inmediatas, abiertas
tijeras, de una dama
los ojos – despertando
centrífuga, centrípeta
William Carlos Williams
Consagración de un pedazo de tierra, William Carlos Williams
Consagración de un pedazo de tierra
Este pedazo de tierra
frente a las aguas de esta ensenada
consagra la viviente presencia
de Emily Dickinson Wellcome
que nació en Inglaterra, se casó,
perdió a su marido y con su hijo
de cinco años se embarcó
en un barco de dos mástiles, rumbo
a Nueva York, fue aventada hasta las Azores,
encalló en los bancos de la Isla del Fuego,
en una casa de huéspedes de Brooklin
encontró a su segundo marido,
se fue con él a Puerto Rico,
parió otros tres hijos, perdió
a su segundo marido, vivió
trabajosamente ocho años
en Santo Tomás y en Santo Domingo, siguió
a su hijo mayor a Nueva York, perdió
a su hija, a su "nene",
recogió a los chicos del hijo mayor
de su segundo matrimonio, los crió
__ quedaron huérfanos__ peleó
por ellos con la otra abuela
y las tías, los trajo aquí
verano tras verano y aquí se defendió
contra pícaros, tormentas, sol, fuego,
contra las moscas, contra
las muchachas que venían a husmear,
contra la sequía, la cizaña, las marejadas,
los vecinos, las comadrejas ladronas
de gallinas, contra
la flaqueza de sus propias manos
y la fuerza creciente
de los muchachos, contra el viento,
las piedras, los intrusos, las grietas,
contra su propia alma.
Desenyerbó esta tierra con sus manos,
tiranizó desde esta parcela, puso
como trapo al hijo mayor
hasta que no la compró, aquí
vivió quince años, aquí
alcanzó la soledad final y __
Si no puedes traer nada sino
tu osamenta: quédate afuera.
William Carlos Williams
21 de abril de 2022
Una canción de amor, William Carlos Williams
UNA CANCIÓN DE AMOR
¿Qué tengo para decirte
Cuando nos encontremos?
Sin embargo-
Estoy acá pensando en vos.
La mancha del amor
Se extiende sobre el mundo.
Amarilla, amarilla, amarilla,
Devora entre las hojas,
Unta de azafrán
Las ramas enastadas que se inclinan
Pesadamente
Contra un cielo blando y violáceo.
No hay luz-
Sólo una mancha espesa como miel
Goteando de hoja en hoja
Y de rama en rama
Estropeando los colores
Del mundo entero.
Estoy solo.
El peso del amor
Me sostuvo
Hasta que mi cabeza
Dio contra el cielo.
¡Mirame!
Mi pelo chorrea néctar-
Los tordos se lo llevan
Sobre sus alas negras.
Mirá, mis brazos y
Mis manos por fin están
Sin hacer nada.
¿Cómo puedo decir
Si voy a volver a amarte como ahora
Alguna vez?
William Carlos Williams
Retrato de una dama, William Carlos Williams
20 de abril de 2022
Nantucket, William Carlos Williams
Nantucket
Flores en la ventana
lila y amarillo
alteradas por la cortinas blancas—
olor a limpieza—
Luz de final de la tarde—
En la bandeja de vidrio
un jarro de vidrio, el vaso
volteado para abajo, junto al cual
hay una llave — y el
blanco lecho inmaculado.
William Carlos Williams
Lamento, William Carlos Williams
Lamento
Me llaman y voy.
Es un camino helado
después de medianoche, una nevisca
atrapada
en los tiesos carriles.
Se abre la puerta.
Sonrío, entro y
me sacudo el frío.
Hay una mujer corpulenta
de costado en la cama.
Está enferma,
acaso vomitando,
acaso esforzándose
para dar a luz
su décimo hijo. ¡Alegría ! ¡ Alegría !
¡ La noche es un cuarto
oscurecido para amantes,
a través de las persianas el sol
ha enviado una aguja dorada !
le aparto el pelo de los ojos
y contemplo su dolor
compadeciéndome.
William Carlos Williams
19 de abril de 2022
La calle solitaria, William Carlos Williams
La calle solitaria
La escuela ha terminado. Hace excesivo
calor para vagabundear. Erran
en claros vestidos por las calles
para matar el tiempo.
Han crecido. Llevan
llamas rosadas en la mano derecha.
De blanco de la cabeza a los pies,
con oblicuas, perezosas miradas;
en amarillas, sueltas telas,
cinturones y medias negras;
acariciando sus ávidas bocas
con palillos envueltos en azúcar rosada
_ cada una lo sostiene en la mano como un clavel _
suben por la calle solitaria.
William Carlos Williams
18 de abril de 2022
El dolor, Jorge Luis Carranza
El dolor
da toda la vuelta
al día.
El día es
un mar sin olas
sin orillas.
El piso del pasillo
que da a las piezas
tiene un pozo.
Le dicen
"el tiempo todo lo cura".
Escucha en silencio.
Fuma
fuma
fuma.
¿Cómo seguir?
El perro de la soledad
muerde y no suelta.
Jorge Luis Carranza
17 de abril de 2022
Cosas del fútbol II, Jorge Luis Carranza
Cosas del fútbol II
Pusieron en el cajón
la camiseta del club
del que era hincha.
Los amigos cantaron
“hoy te vinimos a ver
te vinimos a alentar…”
Luego de un silencio
aplaudieron.
El domingo siguiente
el hijo
ató al alambrado
de la cancha
un trapo que decía
“vos acá siempre”..
Subió con su hijo
los cuatro escalones
de la tribuna.
Se sentaron a ver
un partido infinito.
Que no terminará
nunca.
Jorge Luis Carranza
16 de abril de 2022
Cosas del fútbol I, Jorge Luis Carranza
Cosas del fútbol I
Se anotaron
en el campeonato de los barrios.
No tenían ni un peso
para las camisetas.
Pensaron en pintar los números
con lo que sea
en unas remeras blancas.
Una madre se enteró.
Habló con otras.
Vendieron
empanadas, pastelitos, tortas.
Una de ellas
pidió un adelanto a la patrona
que dijo que sí.
El día del primer partido
tenían sus camisetas.
Fueron
en la caja de un rastrojero.
Les daba el aire en la cara.
Estaban felices.
Muy.
Jorge Luis Carranza
15 de abril de 2022
Una vez, Jorge Luis Carranza
Una vez
el viento de la casa
sopló como nunca .
Se abrieron
puertas
y ventanas
de una vez
y para siempre.
Bajo una luz muy alta
la casa partió partida
hacia el mundo
en cada uno
de nosotros.
El agua
que pasó
incesante
bajo el puente
pulió
pulió
pulió.
Aún así
si se mira
con detenimiento
en cada trozo de la casa
puede verse
la casa entera.
Jorge Luis Carranza
14 de abril de 2022
13 de abril de 2022
Suave viento, Jorge Luis Carranza
Suave viento
los que me dieron
cuando no lo pedí.
Lo que está escrito
en las cicatrices también.
Van conmigo.
Cuidan
de mí.
Jorge Luis Carranza
12 de abril de 2022
A veces se escucha decir ... Jorge Luis Carranza
A veces se escucha decir que un poeta es desparejo en su
obra. Que su poesía tiene baches. Que tiene momentos felices y otros no tanto.
Poemas de los cuales se podría prescindir. En un poemario no se dobla la
puntita de la hoja en todos los poemas; solo en algunos, algunos pocos. Pienso;
todos somos desparejos, humanamente desparejos. Lo limpio, limpio, terso,
pulido aparece como destello muy de cuando en cuando. Allí están creo, los
poemas que perdurarán, los que vencerán al tiempo. Los otros , serán buenos compañeros de ese que persiste , queda
y se salva. Quisiera tener una palabra para esos otros, que no solo acompañan
al poema que se elevó y persiste, sino que también ayudaron al poeta para que
siga vivo. Y eso no es poca cosa. Digo, el valor vital de esos poemas. Pienso
en ellos, los poemas que quizás no tendrían que haber existido, pero
están. Los compañeros; los que ayudaron
a que la poesía y su destello apareciera en los otros . Los que ayudaron al
poeta a respirar.
Jorge Luis Carranza
11 de abril de 2022
Nada, esta espuma, Ana Cristina Cesar
Nada, esta espuma
Por afrontamiento al deseo
insisto en la maldad de escribir
pero no sé si la diosa sube a la superficie
o apenas me castiga con sus aullidos.
Desde la baranda de este barco
quiero tanto los senos de la sirena
Ana Cristina Cesar
10 de abril de 2022
Guía semanal de ideas, Ana Cristina Cesar
Guía semanal de ideas
Lunes
No encontré a Távora pero vi King Kong en la placita.
Análisis.
Se leyó y se comentó que el régimen no va a caer. Clímax
alencariano de Dos Vidas.
Martes
Parque Lage con Patinho. Yoga. Sopa en lo de la abuela.
Di de Glauber
Traduje 5 p masturbación hasta hartarme
Miércoles
Fingí que no era mi cumpleaños. Almuerzo en familia.
Saliditas a la tarde con y sin Tutú. No me
aplaudieron en el colegio como se esperaba. Salí
dejándole pistas a la psicóloga.
Jueves
Les di a los alumnos redacción con narración sarcástica.
Último capítulo de Dos Vidas. Encuentro con PQ en la
puerta y vamos al restaurante chino.
Conversación sin ir al grano que no es para cuidar las
apariencias.
Viernes
Tomamos algo después del film polaco. Cuarto exhalando
Olor a pata y a ropa interior. Guardados. Volví apretada,
pero tan floja.
Sábado
Cartas de parís. Me puse una nariz para engañar a PQ.
Casas de Banha. Llegué temprano, me paré en frente del
puesto de ollas.
Domingo
Suculento café a la orilla del mar. Mímicas en el
ómnibus.
Emoción exagerada, mucha, inmotivada. Llamó Dildo, pobre,
¿Le daré bolilla? Anoto en el diario versitos de Alvares de Azevedo. Muero,
muero, liviana sin dolor, porque mentías. ¿Mi deseo? Era ser… ¡Boyar (como un
cadáver) en la existencia! Pero qué llorona soy, dejad que gima. Pienso en regalitos,
nuevas desmentidas, nuevos ricos besos, sonatinas. Continúo melosa por dentro.
Ana Cristina Cesar
9 de abril de 2022
Fisionomía, Ana Cristina Cesar
Fisionomía
no es mentira
es otro
el dolor que duele
en mí
es un proyecto
de paseo en círculo
un malogro
del objeto
en foco
la intensidad
de luz
de la tarde
en el jardín
es otro
otro el dolor que duele
Ana Cristina Cesar
8 de abril de 2022
Miro mucho tiempo el cuerpo del poema, Ana Cristina Cesar
Miro mucho tiempo el cuerpo del poema
hasta perder de vista lo que no sea cuerpo
y sentir escaparse entre los dientes
un hilo de sangre
en las encías.
Ana Cristina Cesar
7 de abril de 2022
Primera lección, Ana Cristina Cesar
Primera lección
Los géneros de la poesía son; lírico, satírico,
didáctico, épico, ligero.
El género lírico emprende el lirismo.
Lirismo es la traducción de un sentimiento subjetivo,
sincero y personal.
Es el lenguaje del corazón, del amor.
El lirismo es así denominado porque en otros tiempos los
versos sentimentales eran declamados al son de la lira.
El lirismo puede ser:
a) Elegíaco, cuando trata de asuntos tristes, casi
siempre de la muerte.
b) Bucólicos, cuando versa sobre asuntos campestres.
c) Erótico, cuando versa sobre el amor.
El lirismo elegíaco comprende la elegía, la nenia, la
endecha, el epitafio y el epicedio.
La elegía es una poesía que trata de asuntos tristes.
La nenia es una poesía en homenaje a una persona muerta.
Era declamada junto a la hoguera donde el cadáver era
incinerado.
Endecha es una poesía que revela las penas del corazón.
El epitafio es un pequeño verso grabado en las piedras de
los túmulos.
El epicedio es una poesía donde el poeta relata la vida
de una persona muerta.
Ana Cristina Cesar
6 de abril de 2022
Hubo un poema. Ana Cristina Cesar
hubo un poema
que manejaba su propia ambulancia
y decía: no me acuerdo
de ningún cielo que me consuele,
ninguno,
y salía
sirenas bajas,
recogiendo restos de conversaciones,
de las señoras,
“para que nada se pierda
ni se olvide”,
proverbial,
aún herido,
hubo un poema
ambulante
cruz roja
sonámbula
que se escapó
y se fue
inolvidable,
irremediable,
por la rejilla
Ana Cristina Cesar
5 de abril de 2022
Este libro, Ana Cristina Cesar
Este libro
Hijo mío. No es automatismo. Lo juro. Es jazz del
corazón, es prosa que da premio. Un tea for two total, tintinear de la verdad a
la que seducís, charmeur que vuela, por la pista, con todo. Date por aludido.
Y cante.
Puro azúcar blanco y blue.
Ana Cristina Cesar
4 de abril de 2022
Soneto del amor imaginado, Carlos Garro Aguilar
Soneto del amor imaginado, Carlos Garro Aguilar
Has vencido a las sombras pero crece
una avidez sin nombre en tu mirada.
La límpida pasión partió callada
y en el otoño un ángel se estremece.
Navío de tu mano desvelada
sortilegio de luna y de rocío,
con mis ojos tu pena baja al río
y se va por el agua ensimismada.
Por la ciudad desnuda y extranjera
niña-madre poeta irá tu paso
concitando una nueva primavera.
Regresará el fervor de la aventura
y te hallarán las voces del ocaso
mojada de esplendor y de hermosura
CARLOS GARRO AGUILAR.
DEL LIBRO "LUMINOSO COSTADO"
3 de abril de 2022
Regreso a Delfin, Carlos Garro Aguilar
REGRESO A DELFÍN
A Delfín Pereyra,
en memoria de su límpida
humanidad y su guitarra
incomparable.
Con el perfume agreste de la brisa del valle
llega tu nombre arcángel musical
tu voz cordial, inconfundible,
tu guitarra entrañable –vencedora del tiempo-
resonando encantada en el tapiz profundo
de la noche.
Amigo, hermano nuestro: ¿Qué podemos decirte?
Que tus hijos sostienen luminosos, la leyenda irrepetible
de tu sangre,
que los amigos guardan en el ánfora secreta
de su pecho, tu figura encendida,
alimentada por todas las guitarras
y las voces que nombran
nuestra ciudad y las manos abiertas de su gente,
nuestra afectuosa serranía criolla,
nuestras calles aromadas de naranjos,
nuestros amores juveniles,
nuestras dichas y tristezas,
la historia toda de nuestro pueblo laborioso,
sus luchas, sus sueños, su presente.
Estás vivo Delfín, eso queríamos decirte.
En cada copa de vino en las noches de amigos,
ascienden tus canciones,
la magia ardiente de tus manos
sobre las guitarras desveladas,
y en cada serenata dolorense cantas a las novias
que aguardan soñadoras tras los postigos confidentes,
evocas las pintorescas procesiones de los fieles
piadosos,
el fervor intenso de la vida que estalla en los
encuentros,
-ese rumor antiguo de la tierra que habla desde el fuego
y aflora fecundo, sigiloso, en las tonadas y en las
zambas.
Ahora que la primavera ha llegado,
por la Quebrada del Tigre nos silbas
desde el pico amarillo de los zorzales,
en Achala retornas por el pecho encarnado de las loicas,
y en los montes de Altautina tu aura emerge límpida,
desde el grito mineral de las cascadas.
Todo eso nos traes, y te vas por la noche lentamente,
hasta hacerte nostalgia, lágrima, susurro.
Te vas Delfín y sin embargo te quedas,
acá, en el más hondo recodo de la sangre,
íntimo, secreto, luminoso,
como la Cruz del Sur abierta sobre el valle
en esta noche memoriosa, perfumada de azahares,
donde mi voz agradecida
te regresa, te celebra y te canta.
CARLOS GARRO AGUILAR.
1 de abril de 2022
Baja la luz, Carlos Garro Aguilar
BAJA LA
LUZ.....
Baja
la luz callada hacia tu pelo.
Baja
la luz antigua y regresada,
a
besarte la piel deshabitada,
a
mojar con dulzura tu recelo.
Te
dejaron desnuda y con la herida.
Barrilete caído en torbellino.
Perrito de la calle, desatino,
página gris, opaca, de la vida.
Y mi
mano te busca en la tibieza
de
este lecho fugaz donde la ofrenda
de
tu sexo frutal, su estío entrega.
Tiemblas bajo mi lengua y su destreza
convirtiendo en historia la leyenda
de
esta sed que en la tuya se disgrega.
CARLOS GARRO AGUILAR
de Límpido Árbol de tu Nombre, Babel Editora.