A veces se escucha decir que un poeta es desparejo en su
obra. Que su poesía tiene baches. Que tiene momentos felices y otros no tanto.
Poemas de los cuales se podría prescindir. En un poemario no se dobla la
puntita de la hoja en todos los poemas; solo en algunos, algunos pocos. Pienso;
todos somos desparejos, humanamente desparejos. Lo limpio, limpio, terso,
pulido aparece como destello muy de cuando en cuando. Allí están creo, los
poemas que perdurarán, los que vencerán al tiempo. Los otros , serán buenos compañeros de ese que persiste , queda
y se salva. Quisiera tener una palabra para esos otros, que no solo acompañan
al poema que se elevó y persiste, sino que también ayudaron al poeta para que
siga vivo. Y eso no es poca cosa. Digo, el valor vital de esos poemas. Pienso
en ellos, los poemas que quizás no tendrían que haber existido, pero
están. Los compañeros; los que ayudaron
a que la poesía y su destello apareciera en los otros . Los que ayudaron al
poeta a respirar.
Jorge Luis Carranza
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