Visita antes de la tormenta
a Luisa y Pedro, ahora juntos
Más parecido a ustedes, menos roto,
he venido aquí para que el mundo
no cambie, para defenderlos con arte
del cielo oscuro y del trueno.
Que la muerte siga:
eso haré por los dos, débiles y ocultos,
mientras dedos que envejecen
rozan el granito, el talismán mellado.
He vuelto con la garganta
aún cerrada por el decoro
que alguna vez cederá, incluyendo
días de culpas invisibles, destinados hoy
a deshacerse con hojas terminales
o almas enredadas en el viento
en inestable mezcla y dispersión.
Rodolfo Godino
De Elegías breves, 1999
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