29 de febrero de 2024

Luna de Herodes, Miguel Ángel Bustos

Luna de Herodes
 
Si en la noche inmóviles policías sujetan perros de boca en piedra, yo tiemblo. Quiero alejarme no puedo, como en sueños.
Entonces alzo la mano a mi pecho el traspasado. No sea que a lo lejos entre selvas de hueso y aliento salga el aullido de aquel que devora mis entrañas. Y aullando prolongue en los perros guardianes un odio en silencio y dientes, que por milenios me persigue.
 
Miguel Ángel Bustos
 
De Visión de los hijos del mal, 1967

 

28 de febrero de 2024

Elementos, Miguel Ángel Bustos

Elementos
 
Todo lo que ves es simple
unas pocas cosas
unas pocas palabras
el fuego en el agua.
Mi lengua
en tu lengua
el sol es simple.
Tu cuerpo lo cubre.
Tu cuerpo lo aclara.
 
Miguel Ángel Bustos

 


Miguel Ángel Bustos Von Joecker nació en Buenos Aires en 1932. Fue declarado desaparecido por la dictadura militar el 30 de mayo de 1976.
Cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras. Viajó por el norte de su país, Brasil, Bolivia y Perú en una búsqueda de la identidad continental que se refleja mágicamente en poemas y dibujos suyos vinculados al surrealismo y la literatura fantástica. Estaba casado con Iris Enriqueta Alba de Bustos.
Entre 1966 y 1967 el dibujo comenzó a ocupar un espacio tan absoluto como el de su poesía; cuatro de sus libros están ilustrados por él. En 1968 obtuvo el Segundo Premio Nacional de Poesía por Visión de los hijos del mal. Cuatro años después nació su único hijo, Emiliano. Era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Colaboró como crítico literario en las revistas Panorama y Siete Días, y en los diarios La Opinión y El Cronista Comercial. También fue un asiduo colaborador del equipo periodístico que editaba el quincenario político Nuevo Hombre, que, luego de Silvio Frondizi, dirigía Rodolfo Mattarollo.
Fue secuestrado en su domicilio, ubicado en la calle Hortiguera N° 1521 piso 6° departamento "B", de Buenos aires. El 30 de mayo de 1976 a las 22:30 un grupo de personas que se identificaron con unas Tarjetas Amarillas como pertenecientes a la Policía Federal golpearon la puerta del domicilio de Miguel Ángel y su esposa. Luego ingresaron al inmueble entre cuatro y seis personas vestidas de civil, encerraron a Iris en la cocina junto con su hijo Emiliano Bustos, mientras destruían el lugar y tras media hora se fueron llevándose a Miguel Ángel Bustos. No hay testimonio de su paso por un Centro clandestino de detención. Su caso fue tratado en la Causa Primer Cuerpo de Ejército.
En mayo de 2014, el Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó que los restos del periodista y escritor secuestrado durante la última dictadura cívico militar estaban en un sector con once fosas individuales NN del cementerio de Avellaneda, halladas hace 15 años. Los análisis determinaron que Bustos fue fusilado de, al menos, dos disparos en la cabeza en junio de 1976, un mes después de haber sido desaparecido.
 


 

27 de febrero de 2024

Arreglo con frutas e instrumentos de viento, Miguel Ángel Bustos

Arreglo con frutas e instrumentos de viento
 
Naranjos
hasta cuándo serán naranjos las calles del Tigre
y no el corazón de mi amor.
Pulpa de tu tremenda boca la toqué y se me fue por la noche entre
los naranjos volvió para pegarme como la rama más débil
o la ola más fría iniciando la tormenta
Y yo que creí que nos pondríamos juntos en nuestra vida de mil
años.
Trompa apaga la luz que desciendo solo a la ciudad de los
hombres. Apaga lamento de hierro y bronce entre los
naranjos.
Ahí voy lava tu cuerpo y vamos. Ah santa piel joven el mundo
será nuestro.
Silencio con la sorda alegría. Ahora duerme al fin. Clarín
entre los naranjos.
 
Miguel Ángel Bustos
 

26 de febrero de 2024

La selva liviana, Francisco Madariaga

La selva liviana
 
El sonido de un tren que se ahoga en la catarata
de las hojas.
Al fondo de la selva liviana y los cocoteros se
hunde el nivel del llanto,
el peso entero de los sueños.
Peso entero del saco de perfume de la gracia.
Estoy entre la espada del paisaje y el ladrillo
caliente del olvido,
viajando con un ardor de joya y sangre.
Escuchando el aullido de mi candor: mi nueva
fiesta.
 
A paladas, silbatos.
El tren se encierra en si al borde de los esteros
nocturnos.
Su polvo ciudadano tiene miedo a la gran humedad
de la tierra,
al aire cálidamente eléctrico
a los cisnes del negro vapor,
nocturno de la herida del mundo.
 
Francisco Madariaga

 

25 de febrero de 2024

Entresueño en la siesta, Francisco Madariaga

Entresueño en la siesta
 
A Julio Salgado
 
Una toalla de verano arde en aquel
... balcón.
Se agita enredada, tal vez, en alguna
... mano.
¿Una mano de esta ciudad,
o una mano que ha venido con una brisa
... marina?
¿Hay algún cuerpo esbelto que sangra,
el ardor de unos ojos,
la canción de unas manos?
 
Ahora la toalla sangra enredada en un
mástil de ojos verdes:
alguien la ha mojado con sus
... labios.
 
Francisco Madariaga
 
De País Garza Real, 1997

 

22 de febrero de 2024

Rasgada de topacio, Francisco Madariaga

Rasgada de topacio
 
A Olga Orozco, 1991
 
Le dije que se pusiera su sombrero
y dejara deslizar una arboleda de sol
... por la orilla del mar.
Había tanta sonrisa en su boca sonora
y a veces frecuentaban sus labios los
... bares del coral.
Su memoria barría los barrotes de todas
... las prisiones.
Era la hija del sombrerero de dios que pasaba
... en un celeste y rojo carruaje,
ardiendo de amor al regreso de los reales
... horizontes,
y en el olor a su carrera de ayudante
... salida del polvo de las hadas,
su tránsito real ardía ahogado por la
... sangre de pleamar.
Ayudante rasgada de topacio en el
... corazón de la inmortalidad.
 
Francisco Madariaga
De País Garza Real, 1997

 

20 de febrero de 2024

Cenit con reportaje, Francisco Madariaga

Cenit con reportaje
 
Carruaje celeste e la cuadrilla del sol se derrumba
en las laderas calientes.
Con un don infernal de encanto y de sonido
lloras entre los hombres tu desacuerdo con
el lenguaje,
con el manantial de la luz diaria erguida que el
hombre pobre reparte entres sus hijos.
 
Francisco Madariaga

 

 

12 de febrero de 2024

Lágrimas de un mono, Francisco Madariaga

Lágrimas de un mono
 
Yo quiero cautivar tu desesperación, oh mono
adiós.
Tiemblas tanto en tus islas negras, oh mono adiós.
En los embarcaderos el color encendido en tus
ojos tiene tanta fe.
Oh mono, retén el equilibrio de tu asombro.
Yo ya tiemblo en tus islas, mono adiós.
Tu odio virginal es idéntico a cuando se cruza
mi alma con el mundo.
 
Francisco Madariaga

 

Sólo un brillo nuevo, Hugo Mujica


 
Sólo un brillo nuevo
 
 
en un florero
lleno de agua,
                pongo una rosa
entierro una vida.
y me quedo aquí,
mirando
el impostergable paso
de una vida hacia su nada,
el andar de un tiempo
             en la herida que abre.
nada cambia ante mis ojos
salvo un brillo,
húmedo,
como si por no percibirla
fuera la muerte la belleza
                                  en esta rosa.
 
Hugo Mujica

11 de febrero de 2024

La gracia perdida, Hugo Mujica


 
La gracia perdida

 
 
al final la casa
es siempre atrás
como el umbral
de la despedida, el del adiós frente
a un camino nunca trazado
el del gesto inconcluso,
la mitad olvidada.
en el medio la terca torre:
el propio nombre
la estaca entre el deseo
y la nostalgia,
el puñado de humo
en el que aferramos el miedo a perder
lo que nunca tuvimos.
al final, el que nos llega,
queda la apuesta
del inicio, la gracia perdida:
queda perderlo todo.
 
Hugo Mujica

10 de febrero de 2024

Hay perros que mueren de la muerte de su amo, Hugo Mujica

Hay perros que mueren de la muerte de su amo
 
hay perros
que mueren de la muerte de su amo
cuerpos que no hacen el amor,
hacen el miedo
que no se agitan,
                  tiemblan.
y hay hombres
en los que muere dios
como una gota de lacre
sobre el pecho
            de un torso de mármol,
son los que lloran cuando creen
estar hablando,
o gritan soñando, pero al alba
olvidan el grito
con que encendieron la noche.
hay hombres en los que gime dios
por no encontrar un hombre
                                    donde morir de carne,
pero no llora
como quien lo hace solo
llora como quien llora abrazado a un niño.
 
 
Hugo Mujica

 

9 de febrero de 2024

Cada hombre, Hugo Mujica


CADA HOMBRE   
 
cada hombre y yo:
caña seca
en la que se surca
el viento para retomar su cauce,
como si nada hubiese pasado
salvo el abrirse de
una ausencia,
un surco entre mi paso y el pasado
entre mi vida y cada vida.

 
Hugo Mujica

 


 

8 de febrero de 2024

A veces la vida, Hugo Mujica


 

A VECES LA VIDA   
 
a veces
nos miramos en silencio
la vida y yo.
A veces duele, duele
blanca, lenta
se hunde en la carne
como una botella vacía se hunde en el
estanque
que la va llenando.
a veces, en silencio, llora
y algo sagrado brilla en el mundo,
en silencio, reverbera en las palabras.

Hugo Mujica

4 de febrero de 2024

Video de Alejandro Nicotra leyendo sus poemas El LLamado, Y Ahí el panorama de la gran ciudad y Venus.

 Alejandro Nicotra leyendo sus poemas El LLamado, Y Ahí el panorama de la gran ciudad y Venus.
52º Encuentro Internacional de Poetas "Oscar Guiñazú Álvarez" Villa Dolores- Capital de la Poesía, Las Tapias, Villa de las Rosas, San Javier, Traslasierra, Córdoba, Argentina. 10, 11,12 y 13 de Octubre de 2013

3 de febrero de 2024

Las nubes, Alejandro Nicotra


 
Las nubes, Alejandro Nicotra

 
 
Van muy altas las nubes
sólo
para los ojos y los dedos del sol.
 
 
Sobre el humo
y las plazas que balbucean árboles
o el cuarto blanco y negro de quién
o las esquinas de ira fija
sin párpados.
 
 
Lejos,
sobre los baldíos del amanecer
y el cadáver de turno.
 
 
Van muy altas, con su arco iris y sus liras,
y nadie sabe ya por qué
ni cuándo ni cómo.
 
Alejandro Nicotra 

2 de febrero de 2024

Gabriela Bayarri leyendo el poema Bar de Alejandro Nicotra.

 Gabriela Bayarri leyendo el poema Bar de Alejandro Nicotra.
Café Literario del día 8 de abril de 2010 cuyo tema fué el Bar y coordino la velada Adrián Salagre.
En la Vieja Esquina, Avda San Martin y Edison, Villa Dolores, Traslasierra, Córdoba, Argentina

1 de febrero de 2024

Noche cercada, Alejandro Nicotra

Noche cercada
 
Cuando se apaga el grito del mundo,
¿eres el hueso de rocío y de hielo
en que sopla la muerte?
¿O carne, luz de carne,
apenas tocada
por la sombra de una mano de árbol?
 
Desnuda abres y cierras todo círculo,
luna en su halo
vuelta, muriendo, al alba.
 
2
 
Noche cercada, amor,
¿cuándo salta tu instante
de lomo curvo y zarpas con fiebre
sobre los párpados de la piedra?
 
Sólo el ascua del ojo perverso
lo denuncia.
 
¿Cuándo saltarás,
furia montés?
 
Nadie más sabe
que el corazón inerme
la mordedura de tu llama mortal,
fúnebre en su cueva de ceniza.
 
3
 
Tensa la noche el arco, norte a sur,
apuntado hacia el alba.
El alba,
¿quién me grita en su carne,
el llamado mordiente del cielo?
Por mis dedos en tu cuerda de Sombra;
mi mano, noche, ávida
de luz...
 
 Alejandro Nicotra
De Desnuda musa