26 de febrero de 2024

La selva liviana, Francisco Madariaga

La selva liviana
 
El sonido de un tren que se ahoga en la catarata
de las hojas.
Al fondo de la selva liviana y los cocoteros se
hunde el nivel del llanto,
el peso entero de los sueños.
Peso entero del saco de perfume de la gracia.
Estoy entre la espada del paisaje y el ladrillo
caliente del olvido,
viajando con un ardor de joya y sangre.
Escuchando el aullido de mi candor: mi nueva
fiesta.
 
A paladas, silbatos.
El tren se encierra en si al borde de los esteros
nocturnos.
Su polvo ciudadano tiene miedo a la gran humedad
de la tierra,
al aire cálidamente eléctrico
a los cisnes del negro vapor,
nocturno de la herida del mundo.
 
Francisco Madariaga

 

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