10 de julio de 2019

Madrigal bárbaro,Osvaldo Guevara


Madrigal bárbaro

Y cruzas tu perfume irríguendo brotes,
iluminando el campo como un grito,
burlando flores cálidas,
doliendo.

Tu perfume delgado como el perfil del pasto,
sus poros puros,
su ágil polvareda,
su incensario letárgico
fluyendo.

Ronroneo de ubre lamida por los peces,
balido de agua amaneciendo,
canto de uvas goteando,
flecha de piel tostada
tu perfume
insistiendo.

Y son sus ramas sueltas contra el rostro,
sus clavos de rosal rasgando el aire,
son su pulso y su pulpa
estremeciendo.

Muchacha de 15 años
vestida de fulgores.
Pelo volcado.
Polen sísmico.

Muchacha que avasallas
perfumando
en esta siesta en que te aspiro,
abandonado
sobre la pelvis triste de la hierba,
muriendo
de una edad que me aumenta hacía el crepúsculo
callando
con un sopor huraño de camino en desuso.

Solo.

Tu corpiño reparte gaviotas en mi sangre,
tu aliento pasa descolgando pétalos,
tu aroma de 15 años
inclina el tórax de los árboles

y en la barba crujiente delos cactos
tiembla como un rocío el aire de tus manos.

Yo me quedo en mi sombra.

Pero tu Pasas
como un turbión de avispas
y es tu perfume
descendiendo
hasta mi vida hecha regresos,
enredada en los días como el viento en los yuyos.

Soy el bosque esperando la fuga de la siesta
con su canasta de ruidos secos a la espalda.

Y cargas tu perfume por mi olfato velludo,
cruzas tu piel bruñida por el tacto del cielo,
cruzas tus pies calzados con rumores fluviales,
cruzas tu adolescencia indolente
y la tierra se tuerce a mi contacto
como una piel amordazada
y mi mono ancestral descascara blancuras
y me gira el aliento rodeado de relámpagos
porque te amo toda
amo el sol en tu vestido,
tu siglo de quince años.

Solo
como un soldado en cuyos ojos
ya no zumba la luz,
tu perfume me raspa la garganta
como la espada zigzagueante
que clausuró el edén.

Nínfula de quince años
espiada por mis labios y mis dedos.
tu perfume distante quiere esquivar mi olfato
como una corzuela los colmillos del puma.

Y rnastico tu olor como un mudo una flauta
v mi instinto es un topo
cavando hasta sangrar.


Osvaldo Guevara
De La sangre en armas
UniRío editora, Universidad nacional de Río Cuarto 2015

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