El Maestro Borges escribió los prólogos de los primeros
74 títulos de la colección de cien obras que el mismo seleccionó según sus
gustos literarios y consideró fundamentales en cualquier biblioteca que se
precie de tal.
Parafraseando al Maestro “Ojalá seas el lector que este
libro aguardaba. J. L. B.”
Marcel Schwob
Vidas Imaginarias
Como aquel español que por la virtud de unos libros llegó
a ser "don Quijote", Schwob, antes de ejercer y enriquecer la literatura, fue un
maravillado lector. Le tocó en suerte Francia, el más literario de los países. Le tocó en
suerte el siglo XIX, que no desmerecía del anterior. De estirpe de rabinos, heredó una tradición
oriental que agregó a las occidentales.
Siempre fue suyo el ámbito de las profundas bibliotecas.
Estudió el griego y tradujo a Luciano de Samosata. Como tantos franceses, profesó el
amor de la literatura de Inglaterra.
Tradujo a Stevenson y a Meredith, obra delicada y
difícil. Admiró imparcialmente a Whitman y a Poe. Le interesó el argot medieval, que había
manejado Francois Villon.
Descubrió y tradujo la novela Moll Flanders, que bien
pudo haberle enseñado el arte de la invención circunstancial.
Sus Vidas imaginarias datan de 1896. Para su escritura
inventó un método curioso. Los protagonistas son reales; los hechos pueden ser fabulosos
y no pocas veces fantásticos. El sabor peculiar de este volumen está en ese vaivén.
En todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob
que constituyen pequeñas sociedades secretas. No buscó la fama; escribió
deliberadamente para los happy few, para los menos. Frecuentó los cenáculos simbolistas; fue amigo
de Remy de Gourmont y de Paul Claudel.
Hacia 1935 escribí un libro candoroso que se llamaba
Historia universal de la infamia. Una de sus muchas fuentes, no señalada aún por la crítica,
fue este libro de Schwob.
Las fechas de 1867 y de 1905 abarcan su vida.
Jorge Luis Borges
De Biblioteca personal (1988)
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