5 de agosto de 2017

En fin, Aldo Pellegrini

En fin

Los ojos abiertos no ven
pero beben

Si posas la mano sobre tu párpado
se derrama el líquido de tu temblor

A la misma hora, siempre a la misma hora
sopla el viento de tu sonrisa
alimento cotidiano
de los vencidos

En el minuto exacto de tu llegada
la realidad se derrumba
entonces te detienes humildemente

Tu humildad es tu orgullo
náufraga del despertar
la oscuridad nos acerca

Has aprendido a llegar tarde
ataviada de miedo, fugitiva del orden de la vigilia
la noche se prolonga más allá de las promesas

Has perdido el camino
la oscuridad nos aleja
los ojos tienen sed
de contactos.


Aldo Pellegrini de Construcción de la destrucción (1957)

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