En fin
Los ojos abiertos no ven
pero beben
Si posas la mano sobre tu párpado
se derrama el líquido de tu temblor
A la misma hora, siempre a la misma hora
sopla el viento de tu sonrisa
alimento cotidiano
de los vencidos
En el minuto exacto de tu llegada
la realidad se derrumba
entonces te detienes humildemente
Tu humildad es tu orgullo
náufraga del despertar
la oscuridad nos acerca
Has aprendido a llegar tarde
ataviada de miedo, fugitiva del orden de la vigilia
la noche se prolonga más allá de las promesas
Has perdido el camino
la oscuridad nos aleja
los ojos tienen sed
de contactos.
Aldo Pellegrini de Construcción de la destrucción (1957)
No hay comentarios:
Publicar un comentario