La certidumbre de existir
Sí
lo he visto todo
todo lo que no existe destruir lo que existe
la espera arrasa la tierra como un nuevo diluvio
el día sangra
unos ojos azules recogen el viento para mirar
y olas enloquecidas llegan hasta la orilla del país
silencioso
donde los hombres sin memoria
se afanan por perderlo todo
En una calle de apretado silencio transcurre el asombro
todo retrocede hasta un límite inalcanzable para el deseo
pero tú y yo existimos
tu cuerpo y el mío se adelantan y aproximan
y aunque nunca se toquen aunque un inmenso vacío los
separe
tú y yo existimos
Aldo Pellegrini
de Distribución del silencio (1966)
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