VILLA
DOLORES, EN TU LUZ
Villa
Dolores, en tu luz
recuperé
la primavera,
entré
de nuevo en mi piel pura,
supe
palabras sin dolor.
Por tu
montaña van mis ojos
entre
las cabras y las piedras hasta los ojos del azul.
Tus
calles lentas son caminos
que a
cualquier hora desembocan
en un
domingo, una torcaz,
un
rubio olor de amanecer.
Todo el
amor que yo quería
para
olvidar los desamores
está en
mis brazos para siempre
como un
cordero en la ternura
celeste
y fiel de su pastor.
Una
hija riente y presurosa
como un
arroyo montañés
limpia
de sales mi garganta.
Junto a
la esposa, mis silencios
son
hondos árboles con sol.
Villa
Dolores, en tu luz
hallé
mis manos, mis pisadas,
el
rumbo exacto de mi sed.
Y ya mi
vida no es incierta:
tiembla
feliz, como mi sombra
cuando
se acuna sobre el agua
brillante,
joven, votadora,
entre
las piedras y el azul.
Osvaldo
Guevara de Niña Carmen Maccio hermanos editores (1983)
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