24 de octubre de 2023

¡Tenís cara de aval, flaco!”, Pedro Serazzi Ahumada

“¡TENÍS CARA DE AVAL, FLACO!”, PEDRO SERAZZI  AHUMADA
 
 Saverio encaminó sus pasos por la calle San Martín de Chañaral, por ese barrio antiguo de casitas de madera que tanto se asocian a la historia de los viejos puertos del norte chileno. Una farándula, ruidosamente, hacía propaganda a una candidata a reina. El, que siempre vibraba con entusiasmo, esa noche no estaba contagiado con ese ambiente de carnaval. Al llegar a la casa de su novia, su expresión fue de más desánimo.
- ¿Qué te pasó, Flaco, te pilló la Crisis? – le dijo Lorena con ironía.
- ¿Cómo lo notó, mi amor?
- Cariño, con esa cara estás para promotor de funerarias.
Le hizo pasar. Saverio se dejó de caer con desgano en el sofá del living. Mientras encendía un cigarrillo la joven y atractiva muchacha le sirvió un trago. Luego le acarició los cabellos. También le besó apasionadamente. Luego, haciendo el gesto de gatita en arrullo, le dijo suavemente:
¿A qué hora nos vamos mañana a Caldera?
No podemos ir, amor, me embargaron el auto.
¡Cóooomo!
 Lo que escuchas – respondió lentamente y en tono de tristeza.
¡Nuestro deportivo cero kilómetro! ¿Me vas a decir, ahora que ahora no es tuyo, nuestro?... ¿Y qué más te quitaron?
¡Todo, apenas se salvó el gato!
¿Qué es todo, aclara, Flaco?
Mi empresa con los computadores, los demás equipos y toda le mercadería, el local comercial, la oficina, el auto, la casa, la moto, todos los enseres de casa, salvo los protegidos por ley, que es la cama y los necesario para cocinar. También se llevaron el plasma digital que te tenía de regalo.
¿Qué cagada te mandaste, tonto huevón?
Fui aval del Pollo Flores.
¿Tú aval, ridículo?... ¡Te da la locura, le firmas un documento a un tipo, te hace la mariconada, nosotros a un mes de la boda y te dejan en pelotas!
Confié – dijo mirando el piso -. Siempre había sido de amigos leales, pero esta vez me caí.
¡Te dejaron en pelotas, imbécil! ¿Sabís por qué te cagaron, boludo?
Saverio no respondió.
¡Porque tenís cara de aval, Flaco!
Te estás poniendo grosera, nunca habías sido así.
¡Ahora me conoces, así soy la verdadera yo! ¡Estoy furiosa, eres un huevón a la vela, un pendejo, una mierda!... ¡Ahora te van a dar patente y revisión técnica como huevón y pelotudo!
 ¡Contrólate, no tengo ganas de pelear!
¡No me hagas reír, la vida no es un circo. Para sobrevivir en estos tiempos se necesita ser hombre y tener dinero, no un débil que deja la cagada a cada rato… ¡Eres un niño chico, apenas un imbécil!
Lorena…
¡No me interrumpas! Me tenías prometida una luna de miel en Buenos Aires, por algo habíamos comprado los muebles de la casa, aunque fuera con tu dinero, porque es tu obligación. Y ahora, qué eres: apenas un simple hombre, te has convertido en un pobre, en un poblador… ¿Tu creís que me voy a casar con un derrotado?... ¡Jamás, yo necesito un hombre con plata y ojalá profesional. ¡En una semana te reemplazaré!
¡Déjame explicarte!
Explicaciones ¿ahora?... ¡Mentiras, me llenarás de mentiras!
Lorena, ¿me dejarás de amar por este tropiezo?
Yo a los tontos y los pobres los evaporizo, los borro de mi vida… Fuiste como un café instantáneo. Le echo agua y se deshace el amor, el compromiso, todo… así de simple.
A pesar de los insultos, respondió con calma.
-Te quiero mucho, pero me confundes. No sé que pensar.
- ¡Desahógate, cobarde!
- Hoy se han derrumbado muchas cosas en mi vida. No puedo darte argumentos que justifiquen mi error, pero no creo merecer ese trato. Yo a ti no sólo te he dado amor, sino también en lo económico lo que mejor había podido. No tengo argumentos para justificar mi error. Me equivoqué en perjuicio de los dos, pero no me merezco ese trato.
- ¿Y que más, señor Saverio?
- Como hombre me cuesta llorar y creo que estoy a punto que me suceda. No quiero que me ocurra delante de ti, creo que después de esta conversación no te lo mereces. Mi derrota la asumiré a solas.
Saverio se levantó e intentó salir.
¡Flaquito, Saverio, amor mío, me arrepiento de lo que dije!
 No quiso escuchar más. Abrió la puerta, Lorena le lanzó con fuerzas un vaso lleno de gaseosa y ron que se hizo trizas en la blanca pared, a escasos centímetros de su cabeza.
Se fue caminando en dirección a la plaza principal del puerto. La amargura era mucha. No pudo atajar sus lágrimas. Se sentó en un escaño del paseo público. Pensó:
Comenzaré nuevamente, no importa cuánto tarde. Muchos me darán la espalda, pero hay otros buenos amigos, que aunque no me apoyen en lo económico, sé que serán importantes en lo moral.
Tengo que prepararme. Tengo la seguridad que volveré a tener éxito en la vida. Aún en mi derrota de hoy tengo fuerzas para seguir creyendo en el mañana. Y no es utópico. Es mi verdad y es algo muy íntimo. El destino es así a veces nos toca perder en el juego de la vida. Asumo que me equivoqué, que no trataré de repetir el error y que este tropiezo es un golpe fuerte. Tengo fe que me volveré a levantar y porque creo en mí. Si todos están de carnaval, por qué tener que llorar. Iré a brindar por mí, porque tengo que levantarme.
Poco después entraba a la discoteca de moda y hasta esbozó una sonrisa a un bullicioso grupo de disfrazados. Se acercó a la barra, pidió un trago largo y alzándolo a la altura de su frente, dijo en voz alta:
-¡Qué viva el mañana!
- ¡Que viva y que te traiga puras cosas buenas, Saverio!
Era Yanette, una atractiva mujer, la que siempre irradiaba alegría.
Gracias, amiga, aunque no tienes ideas por qué brindo.
Se sentó a su lado. Ella llevaba una lata de cerveza.
Me imagino que para fortalecer tu espíritu, que debe estar muy alicaído. Las noticias vuelan. Bien sabes que en nuestro pueblo casi no existen secretos. ¡Has tropezado, Saverio, no estás derrotado! Me emocionas… ¡Eres único! ¿No he conocido a nadie que brinde en un momento de tantas dificultades?
A pesar de todo, estoy triste. Hay un juicio por medio y el abogado querellante me dijo que…
No pudo seguir hablando, su amiga le puso una mano tapándole suavemente la boca, le suplicó:
Saverio, ni una palabra más. No te desgastes… ¡Ya pasó!
OK. Yanette.
No deseos saber detalles, Saverio, nadie lo merece. Tal vez en otra oportunidad. ¿Bailamos?
Ella lo llevó a la pista. Saverio la abrazó fuerte. Le hablaba al oído, la música estaba muy fuerte.
Me había prometido estar solo, mamarme esta pena como hombre. ¡Eres muy tierna!
¡Mucho más que tierna, amorosa, preciosa! ¿Soy pesada, verdad?
Eres linda, eres lo máximo. Dime, ¿te di lástima?
 Por el contrario te admiro. Eres súper, pocos se derrumban en el día y por la noche están brindando por buscar nuevas esperanzas en su vida.
Yanette lo rodeó con sus brazos en el cuello y comenzó a bailar con sensuales movimientos. El joven, inevitablemente pensaba en su problema. En la discoteca el principal invitado era el entusiasmo. Seguía confundido, en segundos se había derrumbado la mujer que tanto había querido. Aunque la perdonase sentía que nada podría ser como antes y ahora bailaba con la chica que antes de ser novio él tanto había soñado. Cuando Saverio fue libre, al principio, Yanette tenía compromiso y cuando estuvo libre, ya era tarde. Su fragancia, sus ojos chispeantes, esa sonrisa que regalaba a cada instante le emocionaba. Sabía que se precipitaba, pero igual lo dijo:
Te invito mañana a la playa de Flamenco. ¿Irías en bus, con un tipo que ahora es medio pobre?
Sí, con letras grandes, en bus, lo de menos, pero con una condición, Saverio, si vuelven con Lorena, no me consideres en ningún juego que me haga daño.
No hay compromiso, ella me echó de su vida.
En cuanto a tu pregunta si irías con alguien que ahora es medio pobre, no pienso en ello, para mí es un detalle.
Le sonó tan hermosa esa frase que se emocionó. Ahora hasta había sonreído.
¿Serías capaz de amar a un arruinado en potencia?
¡Por supuesto! Y tú, ¿podrías querer, tal vez con el tiempo amar a una chica que anhela tu amor hace mucho tiempo? ¿Y podrías no buscar en mí, ni la voz, ni los ojos, los cabellos ni nada que te recuerde a Lorena? ¿Serías tan valeroso de no defraudarme?
Saverio hizo la cruz con sus dos índices, le dijo que lo prometía y selló el compromiso con un beso. Ella se emocionó.
-Estoy tan triste porque has perdido tanto.
. No, Yanette, hoy he ganado mucho. Tú eres el capital más valioso. Se abrazaron y se besaron nuevamente. El suave ritmo de una vieja canción decía: “Te quiero porque sí/ que importa la razón/ de frente y de perfil/ con todo el corazón/”.

Pedro Serazzi Ahumada
 
Escritor, poeta y periodista chileno, nacido en Chañaral, Chile. Incursiona en narrativa y poesía. Su obra más conocida es la novela de amor “Una Ilusión en Caldera” usada en docencia en Concordia College, Moorhead, Estados Unidos; también ha sido enseñada en la Universidad de Loja; además escuelas y liceos de Atacama, Chile. Es autor de 10 libros. Su principal género es la novela. Además escribe ensayos históricos, cuentos y leyendas. Fue antologado dentro de los 40 mejores escritores de cuentos mineros del siglo XX (Chile).
Figura en antologías en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, India, Perú, Bolivia, Argentina, México y Chile. Ha dictado conferencias en Chile y Estados Unidos.
Tiene varias distinciones y premios en narrativa y poesía y su novela “Una Ilusión en Caldera”, fue traducida al inglés.
Reside en la III región de Atacama (Chañaral) y actualmente es director del periódico Presencia y de un canal de cable. Es presidente en Chile de la Casa del Poeta Peruano.
 
 

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