Desocupado
Los que eran mejores que nosotros
vivían cómodamente en casas recién pintadas
con inodoros a botón en todos los baños.
Manejaban autos de modelo y marca
reconocibles.
Los que no tenían trabajo estaban apenados,
no les iba bien.
Sus autos extraños estaban estacionados
sobre cajones, al fondo de casas
polvorientas,
donde se amontonaban infinidad de objetos
inútiles.
Los años pasan y todo y todos son
reemplazados.
Existen siempre, es lo que dicen, nuevas
oportunidades.
Pero, para decir la verdad,
a mí nunca me gustó el trabajo.
Mi objetivo era permanecer desocupado.
Ese era mi mérito.
Me gustaba la idea de sentarme en una
silla,
hora tras hora, frente a la casa, sin hacer
nada
con un sombrero sobre mi cabeza y tomando
una gaseosa.
¿Qué hay de malo en eso?
Fumar, escupir de vez en cuando.
Tallar madera con mi cuchillo.
¿Hay daño en esto?
En ocasiones salgo con mi perro a perseguir
conejos.
Tenés que hacerlo alguna vez.
A veces levanto a un chico gordo y rubio
como yo,
diciéndole: "¿De dónde te
conozco?".
Nunca digas: "¿Qué querés ser cuando
seas grande?".
Raymond Carver
(Traducción: Esteban Moore)
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