17 de enero de 2023

A vista perdida, Cesar Moro

 

A vista perdida
 
 
No renunciaré jamás al lujo insolente al desenfreno suntuoso
de pelos como fasces finísimas colgadas de cuerdas y de
sables
 
Los paisajes de la saliva inmensos y con pequeños cañones
de plumasfuentes
 
El tornasol violento de la saliva
 
La palabra designando el objeto propuesto por su contrario
 
El árbol como una lamparilla mínima
 
La pérdida de las facultades y la adquisición de la demencia
 
El lenguaje afásico y sus perspectivas embriagadoras
 
La logoclonia el tic la rabia el bostezo interminable
 
La estereotipia el pensamiento prolijo
 
El estupor
 
El estupor de cuentas de cristal
 
El estupor de vaho de cristal de ramas de coral de bronquios
y de plumas
 
El estupor submarino y terso resbalando perlas de fuego
impermeable a la risa como un plumaje de ánade delante
de los ojos
 
El estupor inclinado a la izquierda flameante a la derecha de
columnas de trapo y de humo en el centro detrás de una
escalera vertical sobre un columpio
 
Bocas de dientes de azúcar y lenguas de petróleo
renacientes y moribundas descuelgan coronas sobre
senos opulentos bañados de miel y de racimos ácidos y
variables de saliva
 
El estupor robo de estrellas gallinas limpias labradas en roca
y tierna tierra firme mide la tierra del largo de los ojos.
 
El estupor joven paria de altura afortunada
 
El estupor mujeres dormidas sobre colchones de cáscaras de
fruta coronadas de cadenas finas desnudas
 
El estupor los trenes de la víspera recogiendo los ojos
dispersos en las praderas cuando el tren vuela y el silencio
no puede seguir al tren que tiembla
 
El estupor como ganzúa derribando puertas mentales
desvencijando la mirada de agua y la mirada que se pierde
en lo umbrío de la madera seca Tritones velludos
resguardan una camisa de mujer que duerme desnuda en
el bosque y transita la pradera limitada por procesos
mentales no bien definidos sobrellevando interrogatorios y
respuestas de las piedras desatadas y feroces teniendo
en cuenta el último caballo muerto al nacer el alba de las
ropas íntimas de mi abuela y gruñir mi abuelo de cara a la
pared
 
El estupor las sillas vuelan al encuentro de un tonel vacío
cubierto de yedra pobre vecina del altillo volador pidiendo
el encaje y el desagüe para los lirios de manteleta primaria
mientras una mujer violenta se remanga las faldas y
enseña la imagen de la Virgen acompañada de cerdos
coronados con triple corona y moños bicolores
 
La medianoche se afeita el hombro izquierdo sobre el hombro
derecho crece el pasto pestilente y rico en aglomeraciones
de minúsculos carneros vaticinadores y de vitaminas
pintadas de árboles de fresca sombrilla con caireles y rulos
 
Los miosotis y otros pesados geranios escupen su miseria.
 
El grandioso crepúsculo boreal del pensamiento
esquizofrénico
 
La sublime interpretación delirante de la realidad
No renunciaré jamás al lujo primordial de tus caídas
vertiginosas oh locura de diamante
 
Cesar Moro
 
 


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