La vuelta
Heme aquí, de
regreso a mi tierra
natal, en mis
cabales, elástico
y capaz,
hierofante en las noches del
verano.
Atardecía antes de venir
hasta aquí. Tu
cuerpo se llenaba
de rojo, era
fuego subiendo la colina.
Todos
bajábamos y te veíamos ondular
en las gotas
del aire.
Un atardecer a
pura luz,
un punto en
llamas sin ningún pensamiento.
Era felicidad.
Era alegría y yendo y viniendo
de cualquier
lugar de esta tierra
Éramos lo
mismo.
No se precisa
mucho para dejar el mundo atrás.
Un atardecer
rojo y tu cuerpo en llamas
sin ningún
pensamiento.
Andrés Utello
de "Poemas
del ermitaño y otros conjuros"
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