Aldo Pellegrini
Aldo Pellegrini fue un hombre de la materia
divina de lo terrestre y tenía el furor, el
dolor y el color de la infinitud.
Dotado de rebeldía poética, vital, a veces
era áspero, y con la cólera de un arcángel.
Muy tierno con los inocentes, atacó las madrigueras
de las impostaciones literarias, del desprecio, de
la imbecilidad de los poderes, y de la peste de la
técnica mal aplicada.
Su destrucción fue construcción.
Su arcángel, de llamas rojas y blancas, defendió la
poesía como pocos.
Aldo, te ruego que hasta reconocer el primer paraje
del infinito, entornando los ojos, seas áspero con los
primeros vientos solares que salgan a tu encuentro.
Francisco Madariaga
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