25 de octubre de 2021

Cuento de lunes enloquecido, Eugenio Mandrini


 

Cuento de lunes enloquecido
 
- He venido a matarlo - dijo el empleado de más antigüedad.
- Sea realista - dijo el banquero, imperturbable -. Piense que veinte años atrás, podría haber comprado un fusil. Quince años atrás, una pistola 32. Diez años atrás, cuchillo de mesa. Pero hoy apenas le alcanza para un alicate, un desafilado y endeble alicate nacional. En suma, usted no está en condiciones de matar a nadie.
- Sin embargo, he venido a matarlo - dijo el empleado.
- Ridícula pretensión la suya - dijo el banquero - Trae usted las manos vacías y no se le notan bultos sospechosos en los bolsillos...
- Aún así, voy a matarlo - dijo el empleado.
- ¿Pero cómo? - dijo el banquero, al fin intrigado - ¿Cómo lo hará usted?
- Así - dijo el empleado y comenzó a desanudarse la vieja y sucia corbata endurecida como una soga.
 
Eugenio Mandrini

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