El rumbo transitado por mi aliento
exactamente a esta altitud de sombras,
desintegra los velos de la noche
con un golpe de luz.
¡A vuelo de campanas!
Cien banderas de júbilo flotando…
una aurora boreal inaugurada…
una lluvia de estrellas sobre el rostro.
Ese es el clima donde crece un bosque
de palabras nutridas por tu savia.
Abatamos el árbol.
Recojamos los leños.
Encendamos la pira.
Y en las ascuas que arden en tu sangre
crememos el amor.
Hacia los vientos
que soplan desde playas calcinadas
de un remoto país…
Desde mas lejos…
arrojemos cenizas si es que quedan.
Vivamos este hoy, con resonancias
De tu voz de torrente aminorado.
Vivamos
el perfume de tu vida.
Oscar Guiñazú Álvarez
-del libro“…Y poemas circunstanciales”
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