El ángel
Con sólo un gesto de su frente aleja
de si lo que limita y lo que obliga,
pues por su corazón pasa, gigante,
girando, lo que viene eternamente.
El cielo está para él lleno de formas
que le pueden llamar: Ven, reconóceme.
Nada des de tus cargas a aliviar
en sus manos ligeras. Pues vendrían
de noche a ti, a probarte en el combate,
e irían por la casa como furias,
tomándote como si te crearan,
arrancándote fuera de tu forma.
Rainer María Rilke
No hay comentarios:
Publicar un comentario