5 de abril de 2020

Liminar, Ricardo rubio


LIMINAR


EL guerrero:

Éramos eternos corriendo auténticos
    detrás de los suefios, de los duendes,
    de la sed.
Alejábamos la muerte con intuición y destreza.
Todo era llama de futuro:
     un sin fin de fuego en la magia del ser
     atravesado por la impaciencia.



El escriba nocturno:

Ahora que la tarde cierra mis ojos con prontitud
      descreo del oro y su alegría,
      desoigo el impulso que abruma las horas
      y cae al silencio.

En este ocaso sólo quiero un árbol
      y mancharme de verdor

El fuego es un color muy lejos de la mano.


Ricardo Rubio de El color con que atardece, editorial La Luna Que (2002)


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