II
Para H. S. L.
La noche obscura. La noche fría.
La noche, con solamente un foco apoyado en un poste.
Y aparece un gato
Que con su canto que se parece a la misma noche,
me hace levantar del asiento, abrir la ventana,
contemplar la obscuridad,
y creer que alguien se va a morir.
La Noche, el Gato,
la Muerte.
Y yo, cerca de la ventana.
Adivino mi sombra que no se vé.
Porque se revuelca en la obscuridad.
Jaime Saenz
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