hace unos meses un año
entero
-mucho tiempo ahora que
soy joven-
me dije che dejá de andar
tan alto
a ver si todavía te caes
y te partís las ganas de
vivir
y entonces me bajé feliz
y agarré al tiempo
distraído
y me lo puse como un
libro debajo del sobaco
-posibilidad de sentarme
en plaza francia
y aprender para siempre
el tiempo de mi muerte-
pero aunque ahora tengo
el corazón de mordiscones
como una galleta que
hecho raíz en el recuerdo
no hay porqué temer
amigos
hoy por hoy aprendía la
profecía
me cuido mucho de andar
en bicicleta por la luna
Sandro Tedeschi de Fé de
erratas y otras consideraciones, Editorial Losada (1967)
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