Siempre vuelve un
rostro
Siempre vuelve un
rostro, siempre
en el chubasco que
cae repentino, en las
islas de las nubes.
Silencioso se asoma
un obscuro sol
en las ventanas. Tu
hermana lo retiene
un momento entre
los dedos
y luego las manos
vacías recorren muros
blancos con sus
sombras.
Siempre por el
patio asomas
a buscar el rostro
de alguien.
Un chasquido se
oye: es un chubasco
o un fantasma de un
niño que vivió aquí hace tiempo
y vuelve a escuchar
como la madre lee a su hijo.
Un rayo de sol ha
quedado encerrado
en el rellano de la
escalera
el sueño hace señas
con su linterna
el sueño nos
despierta
y la voz de la
hermana cruza entre las nubes
la hermana que no
conocimos.
De "En el mudo
corazón del bosque" 1997
Jorge Teillier
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