20 de marzo de 2024

VI, Teresa Wilms Montt

 

María Teresa de las Mercedes Wilms Montt, conocida como Thèrése Wilms Montt nació en Viña del Mar el 8 de septiembre de 1893 y murió en París el 24 de diciembre de 1921), fue una escritora chilena considerada una precursora del feminismo, tuvo una vida novelesca.
Rebelde a los valores burgueses de su sociedad, fue internada a la fuerza en un convento por Gustavo Balmaceda, su esposo que era funcionario de la Hacienda chilena ocho años mayor que ella debido a una infidelidad con su primo carnal. Antes de la llegada del invierno, aún con 22 años, Wilms Montt intentó suicidarse. La dosis de morfina que consumió no logró acabar con su vida.
En junio, el poeta Vicente Huidobro la ayudó a escapar del convento. La vistió de negro y, como si acompañara a una viuda, viajó con ella hasta Buenos Aires.
En Buenos Aires, la escritora, de tendencias anarquistas, entró en contacto con el feminismo. Y con un joven poeta chileno que, frustrado ante la falta de correspondencia sentimental de la escritora, se quitó la vida frente a ella. A Horacio Ramos Mejías le dedicó el poemario Anuarí, del que Ramón del Valle-Inclán, su prologuista, escribió: “Estos poemas, como versículos de un libro sagrado, hacen sonar la cadena de los siglos y tienen la misteriosa resonancia de las voces elementales”. La crítica celebró a la poeta a los dos lados del Atlántico.
Intentó ser enfermera en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, pero fue confundida y apresada como espía alemana.
En Europa, París fue su parada final. Allí la chilena logró ver de nuevo a sus hijas. El trabajo de su exsuegro las había destinado, al menos durante un año, al corazón de Francia. Cada semana, la escritora conseguía pasar con ellas un puñado de horas. La tristeza que le arrancó la separación definitiva la condujo a la depresión. En la Nochebuena de 1921, tras un par de días bajo observación en el hospital Laennec, Teresa Wilms Montt falleció. Había ingerido una dosis letal de veronal, un derivado del ácido barbitúrico ahora ilegalizado que se empleaba entonces como somnífero.
Fue amiga de los escritores Gómez de la Serna, Enrique Gómez Carrillo, Joaquín Edwards Bello, Víctor Domingo Silva y Ramón María del Valle-Inclán.

VI
 
Traigo del fondo del silencio tu mirada; evoco tus ojos… y me estremezco. Aun apagados por la muerte, me producen el efecto del rayo. No ha perecido en ellos el poder fascinador.
Son dos faros azules, que me muestran las irradiaciones magníficas del Infinito; son dos estrellas de primera magnitud, que miran hondo sobre mis penas, perforándolas y agrandando la huella, hasta abrir una brecha infinita como un mundo.
Tus ojos adorados, que fueron reflejos de esa bellísima alma tuya, viven ahora en mi mente nutridos de mi propia vida, adquiriendo brillo en la fuente inagotable de mis lágrimas.
Anuarí. Así como tus ojos me encadenaron a tu vida, ahora me arrastran en tu fosa, invitándome con tentaciones de delirio. Tus ojos son dos imanes ante un abismo. Yo siento la
atracción feroz…
 
 
Teresa Wilms Montt
De En la quietud del mármol, Casa Ed. Blanco, Madrid, 1918.

 


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