AMIGO
no
importa de dónde vengas
ni
cómo llegues
ni
cuantas veces atraques el bote de tu amistad a mi playa
Siempre
estaré esperándote
Y
pondré en mi mesa tendida un plato para calmar tu hambre peregrino
y un
vaso de vino para tu sed de distancias
No
serán horas muertas las que aleteen raudas mientras conversamos
y
cuando el alma de la tarde se recoja
con
mi brazo en alto y mi sonrisa en llanto
te
despediré cuando te alejes
Amigo
Felipe
Angellotti
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