SOLEDAD
Hay terribles monstruos
a la espalda de mis amigos.
Con esta cara de vanos y endurecidos pelos
con esta piel, con estos ojos,
sabré acaso algún día la razón del silencio.
Oiré la voz que no dudo
y tendré pruebas del eterno mar.
Con estos límites hallaré la infinitud
y gritaré con esta boca
el alarido quedo del capullo del cardón.
Ricardo Rubio
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