27 de marzo de 2023
Carta de invierno, Miguel Angel Ortiz
Carta de invierno, Miguel Angel Ortiz
No quiero irme ahora, que la casa está tibia
y los niños repiten el fuego en sus mejillas.
Ahora, justo ahora, que disfrutan tu abrigo
y ríen porque sí, tan reales y vivos.
No quisiera irme ahora, es que afuera está el frío
con su angustia inquietante de escarcha y de vacío
La cosecha está magra, el tirano está herido
y parece volverse agua arriba este río.
He andado por el mundo reuniendo de esta leña
para lograr el fuego que le guste a tus manos.
Si bien hay una parte del dolor que no duele
igual está el perdón esperando en los años.
Es cierto, es innegable, la ventana está fría.
Esta fría del miedo a mirar tu partida.
No te vayas ahora, la sierra está cortada
como nuestras miradas, como alguna armonía.
Y este invierno ya impune, que no tiene coartada
nos enferma la herida, nos confunde en la helada.
Pero en la casa reina este olor a tostada
que te llega a los ojos, que llueven la mañana.
Es cierto, a nuestro amor le duelen las rodillas
y hay un rumor que hiere
en cada guerra fría.
Ya sé que están afuera, las agujas del frío,
las escarchas del hambre, los perros de la esquina…
Entonces viene el viento,
el cagón fugitivo,
que me lleva el aliento y el canto de estar vivo.
Hasta que tu mirada, llega hasta los nudillos,
y me sube a los ojos diciendo “aún sigo”.
Sé que vendrá la noche
Pero estaremos vivos.
Miguel Angel Ortiz
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