A mi nieto
Ajo a las sombras el barrilete
dibuja cabriolas de todos los colores
mientras se agita sobre las veletas
con la brisa de la tarde:
bella mariposa
atada por un hilván
de cáñamo.
Sobre papel de azucar
sin mas cielo que el azul de agosto
la Pandorga choca con el sol
y por encima de las ruinas
de los viejos muros,
un cabo de hilo se devana
y ya no sé
quien se va y quien se queda.
El juego de volar es un milagro
que sube sin secretos por los bordes de aire
como un pájaro que vuela
en el sueño y
saluda y se va
colgado de las nubes,
cuando el horizonte tropieza con la luz.
Claudio Suarez
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