17 de septiembre de 2021

Carne del insomnio, Enrique Lihn


 

Carne del insomnio
 
Ruiseñor comí de tu carne y me hice adicto
al insomnio que ella contagia, por el cual
yo ya tenía una afición extraña
Oigo venir tu canto mudo aún
anudando la noche y el deseo de verte
Y no duermo jamás, sólo las horas
que muerdo el pan de preso y bebo el agua
de su Leteo en el tazón de fierro
Quieren que sobreviva a esta locura
y responda a tu canto con mi grito
por eso duermo poco y muero mucho
ruiseñor, escuchándote
"ave parlera la que fue niña muda".
 
Me parece la celda
no más la emanación de un lindo insomnio
y me parece frívolo compararlas con otras
de tantas. Es la noche sin ti con el regusto
de tu carne que produce el insomnio, Filomela
y una adicción al canto con que ese pajarillo
virtuoso de mi oído, me desvela
— oh maravilla — y maravilla
porque es su canto mudo el que estoy escuchando
a la niña no al ave, ensangrentada en pájaro.
 
Enrique Lihn
De Al bello aparecer de este lucero (1983)

No hay comentarios:

Publicar un comentario