Salía de la tierra
Salía de la tierra un verde tierno y húmedo
un tallito y dos hojas
desde un oscuro fondo de tierra negra y ramas
buscando luz a tientas.
Vivir ciego, vivir de tiempo silencioso
levantándose; terco
impulso, ansia secreta
alza su verde nuevo bajo el sol, se hunde
en el regazo tibio de la luz de febrero.
Y cómo así, tan chico, delgado, desvalido,
está cómo apoyado en una oscura fuerza
como envuelto en cuidado y en protección, ahora
como si en una firme mano se sostuviera.
Y se ha entregado así, ciegamente, a confusos
rumores de verano, a una ancha luz inquieta
a seguros peligros y a una segura sombra
que ha de llegar, sin duda.
Y antes de que su tierno corazón se destruya
antes de que se ajen sus dos hojitas nuevas
se ha volcado la luz, se entrega al mediodía
como si en una firme mano se sostuviera.
Circe Maia
De En el tiempo (1958)
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