18 de febrero de 2021
De la vida doméstica, Alberto Girri
De la vida doméstica
Quien,
Tras apelar a la estricnina
La deshecha por temible
Arma de doble filo, exterminadora
De roedores pero también
De compañeros del hogar,
Útiles presencias,
Y quien sueña
Rehabilitar a los gatos,
Devolverles su anárquica
Ferocidad, aletargada
Bajo blandas manos,
Asépticas comidas.
Quien,
Adquiriendo versación en drogas
Que provocan derrames internos,
Asegura la mortalidad
De varias generaciones,
Hasta que ve agotar su eficacia, drogas
Que pasan a la condición de estimulantes
Del apetito de las grandes ratas,
Y quien,
Inocente o descabellado,
Predica sustituir los gatos
Por serpientes, mangostas,
Y es pagado con irrisión, el fracaso
De que nadie se pliegue a convivir
En bodegas, sótanos, graneros,
Con tan peculiares cazadores.
Y quien,
Enciende el estupor, aterroriza,
Con la precisión de sus cálculos,
Anunciando que cada rata, imperturbable
Dueña de la vida como propósito
Que ninguna intimidación aplacaría,
Sigue afanada a extraer de sí
Doce crías anuales,
A razón de diez
Ratitas por camada.
Alberto Girri
De: Poesía de observación, 1973
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