Aire
I
Entro en el viento
mordisco de Dios
gotas de luz
la noche
como un párpado
se levanta.
II
En esta calle la piel de la tormenta no lastima
y eso es ya un milagro
que pone de rodillas las ventanas.
En las panaderías
el pan se abre como una flor adolescente
y el viento sopla
y muele
y socava
y penetra
y soy un hueso en llamas
que transpira
simplemente libertad.
III
Me resisto al poema porque no sé mirar.
He seguido la baba de los saxos
hasta el aliento
hasta el viento interior
un viento negro.
Me escupieron
sobre el pentagrama de las calles.
En cada párpado negro
habitan las madrigueras del aire.
IV
Entre los escuchadores
y las sombras
brillan el saxo y la trompeta.
Desde los instrumentos
el delirio del aire
el viento interior
conjuga las posibilidades
de un alma completamente negra.
Gotea la libertad
por la sólida boca del bronce.
Leandro Calle
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