30 de noviembre de 2019

Los elementos, Leandro Calle



Los elementos

Aire

Abro mis alas
me someto al viento.
Respira mi piel.




Tierra

Masa de barro
         la nostalgia de mis pies.
Desierto en flor.




Fuego

Brasa perdida
cauteriza el alma.
Es el misterio.
Agua
Entre las piedras
         un manantial secreto
detiene su andar.




Agua

Entre las piedras
         un manantial secreto
detiene su andar.



 Leandro Calle

29 de noviembre de 2019

Agua, Leandro Calle


Agua

      I
Entro en tu cuerpo
con los ojos
con las manos
con la lengua
salgo
con la memoria
con el recuerdo
con la ausencia.

Para llegar a tu escondite
debo quedarme quieto.

      II
Fluye la noche dentro de los huesos.
Mi piel  arrebato de auroras
enciende los lagos del silencio.
Tu cuerpo se desviste
de toda carne
de todo hueso
de todo nervio.
Tu escondite es una masa de agua
un esqueleto líquido.

      III
Y ahora el pelo es un mar oscuro
que batalla con la gravedad del tiempo.
Y ahora el borde del vestido
es una lengua.
Y ahora caminas a mi lado.
Y ahora
te escondes.

      IV
¿Te buscabas en mí?
Yo era la noche
era el pájaro mudo de los tejados
era el correr del agua
era el naufragio.
Caes como una almendra encendida
al fondo de mis manos
atrapada de luz y vegetales
mientras dibujo
una palabra blasfema e invisible.
Camino con mis labios
rozando tu escondite

poema sin palabras.

Leandro Calle

28 de noviembre de 2019

Fuego, Leandro Calle



Fuego

      I
Entro en el bosque
descalzo de alma y cuerpo
con los ojos cerrados
y estás tú.
El frescor de la hierba cicatriza.
Me someto al abrazo de los árboles
raspando el alma en la corteza
hasta el cautivo incendio.

      II
Las hojas
los pichones en sus nidos
los musgos
el tráfico de hormigas
la quemadura de tu voz me recorre.
Nos respiramos
en una danza de llamas frescas.

      III
La garganta de fuego
hace danzar las hojas.
Cuando callas
que terrible es la noche.
El bosque es una caída
una caída inmóvil.

      IV
Las hojas en puntas de pie
se alimentan de niebla
y la memoria es fría.
Pero cuando el paladar de la noche
es besado por la voz que lastima
una llamarada crepita entre la hierba.
Entonces cuento sombras
clasifico oscuridades
para evitar el roce del pájaro nocturno.
Y un galope de caballos
desfigura las constelaciones
abre sus fauces
respira colores amarillos.
Y estoy en medio del fuego

y no me quemo.

Leandro Calle


27 de noviembre de 2019

Aire, Leandro Calle


Aire

      I
Entro en el viento
mordisco de Dios
gotas de luz
la noche
como un párpado
se levanta.

      II
En esta calle la piel de la tormenta no lastima
y eso es ya un milagro
que pone de rodillas las ventanas.

En las panaderías
el pan se abre como una flor adolescente
y el viento sopla
y muele
y socava
y penetra
y soy un hueso en llamas
que transpira
simplemente libertad.

      III
Me resisto al poema porque no sé mirar.
He seguido la baba de los saxos
hasta el aliento
hasta el viento interior
un viento negro.
Me escupieron
sobre el pentagrama de las calles.
En cada párpado negro
habitan las madrigueras del aire.

      IV
Entre los escuchadores
y las sombras
brillan el saxo y la trompeta.
Desde los instrumentos
el delirio del aire
el viento interior
conjuga las posibilidades
de un alma completamente negra.
Gotea la libertad

por la sólida boca del bronce.

Leandro Calle