21 de noviembre de 2019

2, Jaime Saenz


2.
A través de los cables de alta tensión que se extienden en el perfil
de las colinas y que luego descienden hacia los campos
la noche se difunde con invisibles chispas que a ratos
relampaguean en los ojos y en los botones de algunos vecinos que
todavía no se han acostado
y que permanecen valerosamente en las puertas de sus casas para
presenciar la primera embestida de la noche
Esta primera embestida tiene en realidad un origen misterioso,
y sin duda surge de los muertos que han muerto en aras del
alcohol y que ahora deliran con la visión que les ofrece el otro
lado de la noche,
y tiene mucho que ver con los barriles, con los toneles, con las
bodegas, y con los ingentes tanques de alcohol con que sueñan
noche tras noche unos bebedores que sólo yo conozco,
y que, habiendo bebido toda su vida hasta reventar, se retuercen
en medio de atroces malestares en húmedos camastros y en profundas
cloacas pidiendo alcohol a gritos.
Estos bebedores han aprendido muchas cosas y tienen mucha
paciencia
y saben que el otro lado de la noche se halla en el interior de
sus espaldas,
y que se halla asimismo en sus gargueros,
los cuales conservan siempre un resabio de alcohol
lo que precisamente tiene la virtud de atormentarlos sin cesar
durante el largo, largo tiempo que dura la noche en el otro lado
de la noche.

Jaime Saenz

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