Camino de piedras
Jugando, cantando,
me acerqué a la vara
de una casa triste
de habitantes trémulos.
Llevaba llenitas
las manos de piedras;
piedras de un camino
que no crucé en vano,
Pues allí tendida
en la fresca hierba,
el corazón se iba
entre aquellas piedras.
Regresé a casa;
estaba contenta;
no traía en el alma
tristeza ni pena.
Nov. 1942.
Circe Maia
De: Plumitas (1942)
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