31 de octubre de 2019

Nuestro país, Elvio Romero


Nuestro país



Nuestro país (el mío,

el que puedo ofrecerte), aquella

dulce tierra violenta, con la frente

segada y abolida por un aire quemado,

donde ochocientos ríos le dan curso a sus ojos

y cordilleras verdes le apoyan la andadura,

desgajo de protesta vegetal y verano,

mi país que se instruye sobre un nivel

de lluvias,

oh mi país hermoso,

despiadado y profundo,

fiel a si mismo, puro, solitario, implacable,

nos reserva un asiento

de hierbas y azahares, desenvuelve

-mi amor- sus recelosos,

sus imperiosos meses, su silencio,

por esto, por nosotros,

por asir esa luna de carbón desdichado

que se nos sube a veces por la noche a los ojos...

 



Elvio Romero

30 de octubre de 2019

Cielito del Paraguay, Elvio Romero


Cielito del Paraguay

Al verla venir
el cielo se abrió;
pregunté su nombre,
me dijo que no,
si adónde vivía
y me lo negó;
le acerqué una rosa
y un clavel punzó,
le miré a los ojos,
me dijo que no.

Cielito, cielo y más cielo,
cielito de andar y andar,
cielito de mi desvelo,
cielito del Paraguay.

La besé de pronto
y se me alejó,
vestidito blanco
de color de albor,
andar de paloma
que apenas voló;
le dije dos cosas
y se sorprendió,
le acerqué la cara,
me dijo que no.

Cielito, cielo que sí,
cielito, cielo que no,
cielo de una luna esquiva
que una noche me alumbró.

Le indiqué un camino,
me dijo que no,
le pedí el tesoro
que siempre escondió;
le pedí rogando,
le ofrecí una flor,
me acerqué cantando,
le conté mi amor,
me acerqué a sus labios,
me dijo que no.

Cielito de mis amores,
de mis horas de cantar,
cielo de siete colores,
cielito del Paraguay.


Elvio Romero
 (1987)

25 de octubre de 2019

Si miras a tu alrededor, Jorge Ariel Madrazo



si miras a tu alrededor
el banal ajetreo de
luces y de sombras
de ángulos y tangentes
que se funden
en una turbia vibración

sin sentido -o quizás
el sentido, al fin, se refugie
en el hervor de los minúsculos
cuerpos que nutren tales
formas-

si el discurrir del cosmos
al común entender desafíe
cuando tu hija
(a su vez, madre de hijos)
exhume
de algún mohoso archivo
tu imagen, e interrogue:
“¿por qué tuviste que morir?”

si se indignen parientes
y amigos
porque los señales con el dedo
o pretendas dictarles instrucciones
aun después de hundirte
bajo tierra
aun después de arder
como una tea

obstinado en regir tu propia muerte
rebelde al más básico urbanismo
insoportable
hasta en el
ataúd



Jorge Ariel Madrazo

24 de octubre de 2019

El fantasma, Jorge Ariel Madrazo


El fantasma

Tu día irreal quizás
comience
en esta taza imaginaria
su hipotético café
sólo
existió
ayer y
pensás
no obstante
que
podría ser éste un día como
cualquier otro quién
sería aquel
humanito
que lo sepa vivir
no más tu vida en
esta habitación
tu vida que finge serlo
porque
carne y
huesos pero nadie
nada sabe de tu
orfandad y la taza
del
blanquísimo café
rota en rara galaxia
hace un milenio
Tu boca pronuncia hoy
sílabas incongruentes
Al planeta
no lo conmueve tu sobrevida.
Este momento
de ahora
ya ocurrió. Tu fervor
comienza a cobijarse en el pasado.
Tu sangre la del año próximo
se empeña
la presumida
en fluir.



Jorge Ariel Madrazo