CALMA
Frente al fuego devastante del día
alcanzo a compartir un cielo inmóvil
en el lento transcurso del verano.
Y aunque todo es ruinoso
y el mar acoge aquel grito contiguo
al vértigo de cada desmemoria
antiguos avatares regresados ahora
ofrecen un sabor que' alimenta mi boca
y esta sola esperanza por el viento mecida.
Porque el mar entró en calma
y no vuelve la niebla de lo que no es
ni ha sido
y en los ojos acrece
el secreto del mundo.
Julio Bepré
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