ANTISONETO ALEJANDRINO
Dejemos que la tarde descienda hasta los lutos;
(las hojas apresuran los pasos en su verde)
dejemos que el silencio registre sus honduras
ya que el mundo prosigue su inalterable marcha.
Dejemos que proponga la bóveda sus lámparas;
, investiguemos cada solemne parpadeo;
y cuando descubramos la embriaguez admirable
regresemos en busca de la noche tan nuestra.
El universo abierto al tenor de los himnos
ha grabado la cinta del latido y entonces
camina al pensamiento la horizontal del campo.
Los designios concretos de la vida del hombre
desintegran sus tramas alrededor del sueño
dibujando en el cuerpo sus proyectos de muerte.
Oscar Guiñazú Alvarez
De A lo largo del sol (1996)
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