31 de octubre de 2018

Correspondencias, Charles Baudelaire



Correspondencias

La naturaleza es el templo donde vivaces pilares
dejan salir a veces confusas palabras;
el hombre atraviesa bosques de símbolos
que lo miran con ojos familiares.

Como esos largos ecos que de lejos se fusionan
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche y como la claridad,
los perfumes, los colores y los sonidos se manifiestan.

Es que hay perfumes frescos como carnes de niños,
dulces como oboes, verdes como praderas
y otros, corrompidos, ricos y triunfantes.

Obteniendo la expansión de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y de los sentidos.

Charles Baudelaire
Versión de José Luis Colombini


30 de octubre de 2018

El extranjero, Charles Baudelaire


El extranjero

     -¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
     -Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.
     -¿A tus amigos?
     -Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.
     -¿A tu patria?
     -Ignoro en qué latitud está situada.
     -¿A la belleza?
     -Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.
     -¿Al oro?
     -Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.
     -Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?
     -Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes maravillosas

Charles Baudelaire

29 de octubre de 2018

Y uno les ruega... Raúl Gustavo Aguirre


Y uno les ruega...

Y uno les ruega a las palabras
que no se porten mal, que no levanten
su reja ante nosotros. Uno les ruega
que nada digan si no pueden
más que decir, decir, ruido y miseria
queriendo hablar lo que no importa,
lo que ya se torció, lo que está frío,
y roto, y negramente terminado
tan sólo porque un día Adán habló.
¿Se puede? Uno quisiera entrar, quedarse
en el silencio de antes, para siempre.
Y sangrar sin adornos.

Raúl Gustavo Aguirre

28 de octubre de 2018

Por ultimo, Raúl Gustavo Aguirre


Por ultimo

Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado ciertos hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado. Haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.

No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.

No importa ser interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).

No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que esos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha tanta maravilla.

Raúl Gustavo Aguirre