Quietas todas las hojas
y los pájaros mudos,
un relámpago a veces
en el rojo horizonte;
veo a un lado maleza,
surcos medio anegados,
grises trozos de tapias,
sauces que se doblegan;
linda mi campo a otro lado
con la zanja inundada,
y una vieja camina
con un fardo agobiante;
y el camino se pierde
entre azules colinas
como cinta que ondula
en minúsculos pliegues.
Théophile Gautier
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