TAN remoto estabas
de la tierra de sus gordas abejas sus
mandrágoras u
obsidianas
llameando al vértigo de las crepitaciones
tan remoto de la serpiente amedrentadora
en un mediodía de piedras
ávidas
tan remoto estabas del sexo
frutal de las mil vírgenes, de la noche
dormida bajo el tórrido hielo lunar balbuceando
otra cosa otra
cosa
que sólo podría salvarte
una palabra incendiándose como
ardiente sapodios
(Cuando el maldito mundo cruja)
a Leonardo Martínez
Jorge Ariel Madrazo
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