LOS CONJUROS
A Enrique
Rebolledo
Los temerosos de
los brujos vecinos
lanzan puñados de
sal al fuego
cuando pasan las
aves agoreras.
Mis amigos
buscadores de entierros
en sueños hallan
monedas de oro.
Los despierta el
jinete del rayo
cayendo hecho
llamas entre ellos.
Medianoche de San
Juan. Las higueras
se visten para la
fiesta.
Eco de gemidos de
animales
hundidos hace
milenios en los pantanos.
Los chimalenes
reúnen las ovejas
que huyeron del
corral.
Aúllan los perros
en casa del avaro
que quiere pactar
con el Diablo.
Ya no reconozco mi
casa.
En ella caen luces
de estrellas en ruinas
Como puñados de
tierra en una fosa.
Mi amiga vela
frente a un espejo:
espera allí la
llegada del desconocido
anunciado por las
sombras más largas del año.
Al alba, anidan
lechuzas en las higueras de luto.
En los rescoldos
amanecen huellas de manos de brujos.
Despierto teniendo
en mis manos hierbas y tierra
de un lugar donde
nunca estuve.
Jorge Teillier
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