Argirea
Oh tú,
oh tú la más bella,
cimbreadora de juncos, susurradora
entre los cañaverales en flor,
has escondido tus manos
bajo las hojas de los álamos,
las has entregado a las aguas blancas.
Veloz cual golondrina,
hija del mar, fría por las olas,
ligero junco que cantaba en el viento tan alegremente
blanca nube que el sol blanco con su beso tornó aire;
Pan llora por ti.
Blancos miembros, canción blanca
Pan llora por ti.
Richard Aldington
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