30 de diciembre de 2016

Raúl Montalvetti: Espectáculo “Gotas del profundo silencio” Música y Poesía para el alma. Acompañado por Nahuel Amaru. Instrumentos Goni (Arpa Africana), Tambor Solar y Cuencos Tibetanos

Raúl Montalvetti: Espectáculo “Gotas del profundo silencio” Música y Poesía para el alma.
Acompañado por Nahuel Amaru.  Instrumentos Goni (Arpa Africana), Tambor Solar y Cuencos Tibetanos
5º ENCUENTRO DE "POETAS EN EL ARA"
“Que no falte el pan de la palabra
en la mesa tendida del encuentro”
DOMINGO 15 DE MARZO DE 2015
OJO DE AGUA (NONO) TRASLASIERRA, CÓRDOBA, ARGENTINA
Organizó Grupo "Amigos del Ara de la Poesía"
Idea y Producción; Carlos Tapia

28 de diciembre de 2016

27 de diciembre de 2016

26 de diciembre de 2016

Autopsicografía, Fernando Pessoa



Autopsicografía, Fernando Pessoa



El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que finge que es dolor

el dolor que realmente siente.



Y, en el dolor que han leido,

a leer sus lectores vienen,

no los dos que el ha tenido,

sino solo el que no tienen.



Y así en la vida se mete,

distrayendo la razón,

y gira, el tren de juguete

que se llama corazón



Fernando Pessoa

25 de diciembre de 2016

Navidad, Fernando Pessoa

Navidad

Un Dios ha nacido. Otros mueren. La realidad
Que no ha venido ni se ha ido: un cambio de Error.
Tenemos ahora otra Eternidad,
Y siempre lo pasado fué mejor.
Ciega, la ciencia trabaja en el inútil suelo
Loca, la Fé vive el sueño de su culto.
Un nuevo Dios es una palabra -o un nuevo sonido
No busques ni tampoco creas: todo está oculto.

(1922)

Fernando Pessoa

24 de diciembre de 2016

Poema en línea recta, Alvaro de Campos (Fernando Pessoa)



Poema en línea recta,  Alvaro de Campos Heterónimo de Fernando Antonio Nogueira Pessoa

Nunca conocí a quien le hubiesen dado de bofetadas.
Todos mis conocidos han sido campeones en todo.
Y yo, tantas veces bajo, tantas veces guarro, tantas veces vil,
yo tantas veces irreplicablemente parásito,
indisculpablemente sucio,
yo, que tantas veces no he tenido paciencia para bañarme,
yo, que tantas veces he sido ridículo, absurdo,
que he ocultado los pies públicamente en las alfombras de la etiqueta,
que he sido grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que he sufrido afrentas y callado,
que cuando no he callado, he sido más ridículo aún;
yo, que les he sido cómico a las criadas de hotel,
yo, que he sentido el guiñar de ojos de los mozos recaderos,
yo, que he hecho vergüenzas financieras, pedido prestado sin pagar,
yo, que, cuando la hora del puñetazo surgió, me he agachado
hacia afuera de la posibilidad del puñetazo;
yo, que he sufrido la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
yo verifico que no tengo par en todo esto en este mundo.
Toda la gente que yo conozco y que se habla conmigo
nunca tuvo un acto ridículo, nunca sufrirá afrentas,
nunca fue sino príncipe —todos ellos príncipes— en la vida... ¡Quién me diera oír de alguien la voz humana
que confesase no un pecado, sino una infamia
que contase, no una violencia, sino una cobardía!
No, son todos lo ideal, si los oigo y me hablan.
Quién hay en este ancho mundo que me confiese que una vez fue vil,
Oh príncipes, hermanos míos, ¡mierda, estoy harto de semidioses!
¿En dónde hay gente en el mundo?

¿Así que soy sólo yo que soy vil y erróneo en esta tierra?
Podrán las mujeres no haberlos amado,
pueden haber sido traicionados —¡pero, ridículos nunca!
Y yo, que he sido ridículo sin haber sido traicionado,
¿cómo puedo yo hablar con mis superiores sin titubear?
Yo, que he sido vil, literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.

Alvaro de Campos (Fernando Pessoa)

23 de diciembre de 2016

Si te quieres matar, ¿por qué no te quieres matar? Alvaro de Campos (Fernando Pessoa)



Si te quieres matar, ¿por qué no te quieres matar? Alvaro de Campos (Fernando Pessoa)

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Si te quieres matar, ¿por qué no te quieres matar?
¡Ah, aprovecha! que yo, que tanto amo la muerte y la vida,
Si osase matarme, también me mataría…

¡Ah, si lo deseas, hazlo!
¿De qué te sirve el cuadro sucesivo de las imágenes externas
Al que llamamos mundo?
¿La cinematografía de las horas representadas
Por actores de convenciones y poses determinadas,
El circo policromo de nuestro dinamismo sin fin?
¿De qué te sirve tu mundo interior que desconoces?
Tal vez, matándote, lo conozcas finalmente…

Tal vez, acabando, comiences…

Y de cualquier forma, si te cansa ser,
Ah, cánsate noblemente,
¡Y no cantes, como yo, la vida por borrachera,
No saludes como yo la muerte en literatura!

¿Haces falta? ¡Oh sombra fútil llamada gente!
Nadie hace falta; no le haces falta a nadie…

Sin ti, todo seguirá igual sin ti.
Tal vez sea peor para los otros el que existas y no te mates…
Tal vez peses más durando, que dejando de durar…

¿Pena de los demás?…¿Tienes remordimiento anticipado
De que te lloren?
Tranquilízate: poco te llorarán…

El impulso vital apaga las lágrimas poco a poco,
Cuando no son por nuestras cosas,
Cuando son de lo que acontece a los demás, sobre todo la muerte,
Porque es la cosa después de la cual nada acontece a los demás…

Primero es la angustia, la sorpresa de la llegada
Del misterio y de la falta de tu vida hablada…

Después el horror del ataúd visible y material,
Y los hombres de negro que ejercen la profesión de estar allí.

Después la familia, el velorio, inconsolable y contando anécdotas,
Lamentando la pena de que hayas muerto,
Y tú mera causa ocasional de aquel lloriqueo,
Tú verdaderamente muerto, mucho más muerto de lo que tú suponías…
Mucho más muerto aquí de lo que suponías
Lo mismo que si estuvieras mucho más vivo en la otra vida…

Después la trágica retirada al nicho o a la fosa,
Y después el principio de la muerte de tu recuerdo.
Hay primero en todos un alivio
Por la tragedia un poco latosa de que hayas muerto…

Después la conversación se aligera cotidianamente,
Y la vida de todos los días retoma su día…

Después, lentamente el olvido.
Sólo eres recordado en dos fechas, anualmente:
Cuando hace años que naciste, cuando hace años que moriste.
Nada más, nada más, absolutamente nada más.
Dos veces al año piensan en ti.
Dos veces al año suspiran por ti los que te amaron,
Y una que otra vez suspiran si por casualidad se habla de ti.
Encárate en frío, y encara en frío lo que somos…

Si quieres matarte, mátate…

¡No tengas escrúpulos morales, recelos de inteligencia!…

¿Qué escrúpulos o recelos tiene la química de la vida?

¿Qué escrúpulos químicos tiene el impulso que genera
las savias, y la circulación de la sangre, y el amor?
¿Qué recuerdo de los demás tiene el ritmo alegre de la vida?
Ah, pobre vanidad de carne y hueso llamada hombre.
¿No ves que no tienes importancia absolutamente ninguna?
Eres importante para ti, porque es a ti a quien sientes.
Eres todo para ti, porque para ti eres el universo,
El mismísimo universo y los demás
Satélites de tu subjetividad objetiva.
Eres importante para ti porque sólo tú eres importante para ti.
Y si eres así, oh mito, ¿no serán los demás así
¿Tienes, como Hamlet, un pavor a lo desconocido?
¿Pero qué es lo conocido? ¿Qué es lo que tú conoces,
Para que llames desconocido a cualquier cosa en particular?

¿Tienes, como Falstaff, un amor grasiento a la vida?
Si así la amas materialmente, ámala aún más materialmente,
¡Hazte parte carnal de la tierra y de las cosas!
Dispérsate, sistema fisicoquímico
De células nocturnamente conscientes
Por la nocturna consciencia de la inconsciencia de los cuerpos,
Por el gran cobertor no cubriendo nada de las apariencias,
Por el césped y la hierba de la proliferación de los seres,
Por la niebla atómica de las cosas,
Por las paredes torbellinantes
Del vacío dinámico del mundo…!

Alvaro de Campos (Fernando Antonio Pessoa) Traducción de Héctor Figueroa

22 de diciembre de 2016

Con segundas personas, Omar Yubia (Jorge Omar Altamirano)



                                                                                                                                           1995
“Con segundas personas”     





Quién haya sido Caeiro/Pessoa, importa el hecho de su nacimiento, jamás el de su muerte, que no sucedió.         

Tanto he visto en el mundo! Ojos de personas, naves, alimañas… con eso y algo más he construido lo que no explico ni entiendo.

Qué es saber?.

No puedo escribir sobre lo que no sé, pues esto se convertiría en meros fragmentos de un todo.

Escribo para escribir y escribo sobre lo que no se, que es superior a lo que sé.

No saber es fantástico! No saber es mejor que saber lo que uno cree saber, creo ser claro.

No sé. Todo está escrito. Todo se escribe para no decir. Se escribe para la memoria colectiva, no para iluminar.

“Metafísica? Que metafísica tem aquelos arvores?”      

Algo quiere ser nada en su inconclusión. Nada es palabra concreta en su intención, algo dice nada.

Toda porción es parte del todo y así es con las palabras.

Para qué decir lo inconcluso si se sabe que no dice? Como tampoco, insisto, lo hacían las otras palabras. Decir es no hacer, no ver, no sentir, no palpar. Decir es no decir. El verbo no es la acción, pues la acción no es verborragica.          

Para qué nombrar lo que se demuestra haciendo?. Pero, Pessoa Caeiro vuelca la carretilla de Cummings y derrama en el suelo su carga.

A esta altura ya nada puede sentirse en su pleno sentido. ES, y ninguna otra cosa.        

De Portugal a Durban una carretilla no significa nada sin lo que acarrea.

“Bendito sea yo por todo lo que no sé. Gozo de todo esto como quién sabe que existe el sol”.

Quien quiera sea yo mismo, me gustaría presentar a mi desaliñado hermano, el lenguaje, que no sirve pero es necesario. Por eso no necesito hablar para ser escuchado ni decir algo sobre nada.

He visto cosas en el mundo que supuse imaginarias.

He imaginado ese mundo del que ví imágenes inexistentes. Nadie puede ver el mundo sin creer que es de otra manera, pues moriría por falta de asombro.

Perdería la posibilidad de la decepción, antesala del reto creativo.

Si bien quien crea no es siempre consiente de su creación ni sabe que lo hace para reparar su decepción, no es ningún milagro.

“Que pemsará o meu muro da minha sombra”

Pensará mi sombra en sí misma o en la sombra de su sombra en el muro?

Acaso si la sombra pensase, importaría lo que piensa? Es suficiente saber que estás pensando para darnos cuenta de lo inútil de nuestros pensamientos? Creer esto sería parte de la fabula de vivir suponiendo que todos lo sabemos. Esto también sería decepcionante.

“No basta abrir la ventana para ver los campos o el río. También es necesario tener filosofía” Talvez si fuese Caeiro Pessoa, o Byron Rilke o al menos un destello de Vinicius Whitman, puede que salte al camino y aguarde el devenir de los descubrimientos. Podría, como Juan Matus, reconocer la grieta de los mundos y acompañar los vaivenes concebidos al propósito, soñando despierto y desvelando al sueño.

Qué es soñar en un mundo relativo? En los sueños de mundos desordenadamente acompasados. Ese que es yo mismo y a quién tan poco conozco ha cruzado el puente que unía la percepción de la esperanza con la posibilidad del fracaso.

Entonces, tras él –que soy yo mismo- quedará un vacío agónico anticipando el chispazo creador.

Omar Yubia (Jorge Omar Altamirano) 1995