Le petite mort
Llovió todo el día. Una gotera en el techo se deslizó por
la pared y formó una imagen de mujer. Hace horas que la observo. Es ella, tiene
sus senos de agua mansa, sus caderas de fuego. La lluvia era nuestro secreto
amoroso, primero corríamos por la calle hasta empaparnos, luego regresábamos,
nos desnudábamos y hacíamos ebullir el agua de nuestros cuerpos. Después nos
quedábamos viendo por la ventana los pinos lanzando agujas al cielo, hasta que
caía algún Cupido moribundo en medio del jardín.
Ahora se desprende de la pared y viene hacia mí brumosa y
sonriente y mis ojos llueven como aquellos días de dulce vendaval.
Aldo Luis Novelli
Del libro inédito de poemas en prosa: 'Retratos de los
días de lluvia'.
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