30 de noviembre de 2016

El Gato Del Espejo, Letras desde Traslasierra. Revista Literaria Nª 2 (Primavera 2015)

El Gato Del Espejo, Letras desde Traslasierra. Revista Literaria Nª 2 (Primavera 2015)


El Gato Del Espejo, Letras desde Traslasierra. Revista Literaria Nª 2 (Primavera 2015)

29 de noviembre de 2016

El Gato Del Espejo, Letras desde traslasierra. Revista Literaria Nª 1 (Invierno 2015)

El Gato Del Espejo, Letras desde traslasierra. Revista Literaria Nª 1 (Invierno 2015)







El Gato Del Espejo, Letras desde traslasierra. Revista Literaria Nª 1 (Invierno 2015)

28 de noviembre de 2016

Conocí a un guitarrista que decía que la radio era su «amiga», Sam Shepard

Conocí a un guitarrista que decía que la radio era su «amiga». Se sentía emparentado no tanto con la música como con la voz de la radio. Su carácter sintético. Su voz, que no había que confundir con las voces que salían de ella. Su capacidad para transmitir la ilusión de personas a grandes distancias. Dormía con la radio. Creía en un Lejano País de la Radio. Creía que jamás encontraría ese país, de modo que se conformaba con limitarse a escucharlo. Creía que había sido expulsado del País de la Radio y estaba condenado a rondar eternamente por las ondas, buscan do una emisora mágica que le devolvería la herencia perdida.

22/12/79 Homestead Valley, Ca.


Sam Shepard de Crónicas de motel, editorial Anagrama (1982) Traducción de Enrique Murillo

27 de noviembre de 2016

Ya he visto prácticamente, Sam Shepard




Ya he visto prácticamente
todas las narices arregladas
todos los dientes con funda
y todas las tetas remozadas
que puedo soportar


Me voy de regreso
a la mujer natural




                                       23/11/81
                                       Los Angeles, Ca


Sam Shepard

26 de noviembre de 2016

Cada vez que oía pasar un avión.... Sam Shepard

Cada vez que oía pasar un avión por encima de nuestras tierras, mi papá tenía la costumbre de pasarse los dedos por la cicatriz de metralla de su nuca. Estaba, por ejemplo, agachado en el huerto, reparando las tuberías de riego o el tractor, y si oía un avión se enderezaba lentamente, se quitaba su sombrero mejicano, se alisaba el pelo con la mano, se secaba el sudor en el muslo, sostenía el sombrero por encima de la frente para hacerse sombra, miraba con los ojos entrecerrados hacia el cielo, localizaba el avión guiñando un ojo, y empezaba a tocarse la nuca. Se quedaba así, mirando y tocando. Cada vez que oía un avión se buscaba la cicatriz. Le había quedado un diminuto fragmento de metal justo debajo mismo de la superficie de la piel. Lo que me desconcertaba era el carácter reflejo de este ademán de tocársela. Cada vez que oía un avión se le iba la mano a la cicatriz. Y no dejaba de tocarla hasta que estaba absolutamente seguro de haber identificado el avión. Los que más le gustaban eran los aviones a hélice y esto ocurría en los años cincuenta, de modo que ya quedaban muy pocos aviones a hélice. Si pasaba una escuadrilla de P-51 en formación, su éxtasis era tal que casi se subía hasta la copa de un aguacate. Cada identificación quedaba señalada por una emocionada entonación especial en su voz. Algunos aviones le habían fallado en mitad del combate, y pronunciaba su nombre como si les lanzara un salivazo. En cambio mencionaba los B-54 en tono sombrío, casi religioso. Generalmente sólo decía el nombre abreviado, una letra y un número:  
-B-54 -decía, y luego, satisfecho, bajaba lentamente la vista y volvía a su trabajo. 
A mí me parecía muy extraño que un hombre que amaba tanto el cielo pudiera amar también la tierra.



Sam Shepard de Crónicas de motel, trad. Enrique Murillo, Barcelona, Anagrama, 1982.

25 de noviembre de 2016

3.30 de la madrugada, Sam Shepard



3.30 de la madrugada

¿Es un gallo
o una mujer que grita a lo lejos?
¿Está negro el cielo
o a punto de ponerse azul oscuro?
¿Es una habitación de motel
o la casa de alguien?

¿Estoy en Texas
o en Berlín Occidental?
Y de todos modos,
¿Qué hora es?

¿Hay algún pensamiento
que sea mi aliado?

Rezo pidiendo que se suspenda
todo pensar
Absoluta suspensión
espacio en blanco
quiero ir por la carretera
sin pensar en nada
sólo una vez
no estoy suplicando
no me pongo de rodillas.

Sam Shepard

24 de noviembre de 2016

La buena suerte, Sam Shepard



La buena suerte

consiste en caer

del lado izquierdo

del Azar



La buena suerte

consiste en caer

más allá de mi cabeza



La buena suerte

consiste en estrellarse

contra los árboles



Todo el mundo se queja





                                27/7/81

                                San Fernando Valley



Sam Shepard