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Voy caminando las sombras
de los talas, piquillines.
Un día me fui
Pero volví
como en un sueño largo
Sin embargo
ya nada era igual, todos habían partido
ignorando la leche de los choclos,
las vainas generosas de los algarrobos,
la huella delatora de los pumas.
Voy caminando
Recordando a la dorada luna
que allá en mi infancia
iluminaba mi camino de palabras:
mi vocación de pájaros azul
me acercó a la riqueza de la rima.
Mi madre me miraba y me dejaba hacer.
Mi padre caminaba los cuchillos
de una humilde herencia
y los caminos amargos
de los vinos largos. Y seguí caminando
como un toro "herido, la noche de los algarrobos,
de los quebrachos y piquillines.
Rafael Horacio López
De tronco Pueblo Viejo (Abril 2014)
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