3 de julio de 2016

Adolfo Este, Aldo Pellegrini

Adolfo Este

Quiere penetrar en el recuerdo de cuando nada era
Se echa a dormir en el eco de las palabras inútiles
Edades físicas
Oficio de extraviarse sólidamente
No acepta las paredes e hinca su perfil en la esperanza
Para revelar lo oculto comienza por disipar lo visible
Sentado en el panorama de las temperaturas
Un termómetro en la mano y la sombra del mar en la frente
Quien se acerca despacio
Y cuchichea al oído de los mercaderes desaforados
Se arranca las gafas para ignorar la fuga inevitable de los
          ángeles precarios
se apoya ligeramente sobre el bebedor de chocolate
mientras los tartamudos
heredan las reverencias
y las mujeres opacas persiguen una existencia salobre en la
          margen del río
Y AMA A MUJERES MÁS OPACAS AÚN QUE EN LA VIDA
Busca la lógica repugnante de los coleccionistas de orejas
Le sorprende el día moviendo su cabeza negativa
La solución sin rostro, distraída, señala el último límite
Y dos geometrías al revés se abrazan sin encontrar sus bocas
Mirando cómo caen las enseñanzas adiposas
sobre el tedio preciso de sí mismo
La llama se nutre de planos elípticos
y persigue a lo lejos el caballo fugitivo
de antemano vencido por la sorprendente similitud de los
          tentáculos
Pero consigue llegar por auténticas nostalgias a actitudes
          opuestas
Al marchar se estorba
y siempre fracasa si huye del vigilante ojo ojival.

Aldo Pellegrini


(1) Este poema lo soñé dicho por alguien que es incansable hermano; Filidor Lagos. Debe, me parece sea, humillar mi aguda y asqueante lucidez normal a la omnisciencia del sueño.
* Sin la nota original (1) y bajo el título “Retrato de Adolfo Este por su doble” este poema reapareció publicado en el libro: Poesía argentina moderna, ordenada por Horacio J. Becco y Osvaldo Svanascini, Editorial Pedestal, Buenos Aires, 1953.


Tomado de La valija de Fuego (Poesía Completa) pag. 52. Editorial Argonauta. (2001)

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