9 de marzo de 2016

La muerte del loco, Rafael Horacio López

La muerte del loco

Nadie se entero de su muerte
nadie noto que una pierna
                          estaba sola
y que un perro andaba distraído.
Nadie notó el vacío
que su cabeza tonta
dejó en los números del pueblo.
Por eso hay una lágrima
que espera en su sal:
porque en cada lágrima caben todas las amarguras.

Y en ese mundo salado no cabemos todos.

Rafael Horacio López

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