APRÉSTASE el escriba
a blanquear su memoria (rasurar su
barba encanecida)
¿Le ha de quedar al menos
aquel pelo marfil?
¿Y nunca más la empecinada
pasión del alma? ¿Y se lanza
por ello
calle arriba / hecho un poseso
una ánima /en pena?
¿Una / pena sin ánima /
ya casi? ¿Y no atina a confesar
cuánto
lo ahuesa / tamaña turbación? ¿Ni quién /
ha de vivir / para contarlo? ¿Y
soñaría /
con exhibir alguna pose digna
en el final absurdo de su vida /
como nube que vaga y bala /
–perdida oveja– /
por arbitrario cielo?
a Luis Bacigalupo
Jorge Ariel Madrazo
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